Lo importante es transmitir seguridad y tranquilidad a los niños y adolescentes.
Lo importante es transmitir seguridad y tranquilidad a los niños y adolescentes.

Redacción PERÚ21

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A diario vemos que el término acapara los principales titulares de las noticias y es un fenómeno social que impacta a niños y adultos por igual. Una realidad que invita a la reflexión, en especial de los padres, sobre qué se está haciendo desde el hogar para revertir las cifras de violencia en nuestro país; como por ejemplo, a través de una simple pero poderosa palabra: .

“La empatía es la habilidad de comprender los sentimientos y las emociones de otros, es decir es la capacidad que tiene el individuo de ponerse en el lugar del otro”, explica Annalie Mosca, psicóloga del colegio peruano norteamericano Abraham Lincoln. 

La especialista agrega que el desarrollo de la empatía le permite al niño cuando llegue a ser adulto a cuidar de él mismo y de otras personas, así como preocuparse de las mismas. El verse como parte de un todo qué proteger y no de una forma individualista y egoísta.

Annalie explica que los niños desde que nacen son egocentristas, es decir, piensan que el mundo gira alrededor de ellos. “Sin embargo, mientras van creciendo, van comprendiendo algunas situaciones externas a ellos pero que lo implican, como por ejemplo, cuando ven una escena triste en una película y tienden a llorar o por el contrario si es una escena graciosa van a reír. Esto quiere decir que el niño se está identificado con la escena o con el personaje y empieza a desarrollar la capacidad de ser empático”.

Por ello, la consejera del colegio peruano norteamericano Abraham Lincoln advierte que es importante que los padres desde edades muy tempranas empiecen a colocar nombre a las emociones que experimentan sus niños y brinda los siguientes consejos:

1.- Leer cuentos en familia, en donde se toquen temas en donde ellos aprendan a colocarse en el lugar de los demás. Preguntarles “¿Cómo crees que se siente…?”, “¿Qué debió hacer…?”, “¿Qué harías tú en su lugar”?, etc.

2.- Los padres deben ser ejemplo de empatía. Es decir, permitir que sus hijos vean cuando están reconfortando a algún familiar triste, alegrarse con alguien que está feliz o atendiendo a un familiar enfermo, etc.

3.- Mostrarle a los niños ejemplos propios de los sentimientos de los demás, como por ejemplo, “Ellos se sienten tristes como cuando se rompió tu juguete”, “Ellos están felices cómo cuando fuimos de viaje”.

4.- Los padres deben de expresar sus emociones delante de sus hijos, ya que ello les va a ayudar la forma de verbalizar sus emociones.

5.- Los padres deben preguntarle a sus niños qué sienten, ya que eso permitirá que el pequeño exprese sus sentimientos, sienta que se preocupan por él y afianza los lazos familiares.

Finalmente, cuando nos ponemos en el lugar del otro, podemos ser más respetuosos y compasivos con los demás. “Además, al desarrollar la empatía los niños se vuelven más comunicativos, expresan mejor sus opiniones, emociones, son más seguros y desarrollan una adecuada autoestima, una que no afecte al resto sino que colabora en la armonía social”, advierte la experta.

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