“Al principio de la vida, un poco de grasa es normal, el cuerpo sabe que esto es importante ya que los bebés están doblando su peso cada dos meses, pero eso no continúa por siempre. A medida que esa etapa pasa y se acercan a los dos años, el cuerpo comienza a necesitar menos grasa y los niños comen menos. Cuando llegan a los 4 años, a un niño saludable se le debe alcanzar a ver la última costilla, esta tendencia continúa hasta la pubertad, cuando vienen otros cambios en el desarrollo”, indica la Dra. Arauz-Boudreau.