El exceso de trabajo puede provocar daños en el organismo. Muchas de estas manifestaciones pasan desapercibidas, a tal punto que el trabajador las confunde con achaques de la edad, síntomas pasajeros o, en todo caso, gajes del oficio.
Según la Escuela Médica de Harvard, hay trabajadores que, de manera silenciosa, sufren de depresión, ansiedad, déficit de atención, trastorno bipolar, entre otros. De no ser tratados oportunamente, los trastornos mencionados pueden agravarse. Esto, a su vez, causaría una calidad de vida inferior y la disminución de la productividad laboral.
La idea, entonces, es que los trabajadores inviertan tiempo y recursos en la salud mental. Cualquier cambio en la conducta debe ser motivo para consultar a un especialista. No está de más.