Una de las tendencias que le hace frente a los altos precios de los combustibles es la utilización del Gas Natural Vehicular (GNV), producto que se extrae de nuestro territorio, tiene un menor costo y puede ser usado por cualquier motor de combustión interna preparado para gasolina. Y aunque durante mucho tiempo se creyó que este combustible dañaba el motor y ocasionaba grandes pérdidas de potencia; en realidad los vehículos fabricados en los últimos años pierden poco o nada de caballos de fuerza, a diferencia de los de mayor antigüedad, que pueden sufrir una variación de alrededor del 6%.
Para que este sistema funcione de forma óptima, es necesario mantener siempre un nivel de gasolina que permita el arranque inicial y detener el motor, ya que el sistema es dual. Adicionalmente, cada año se debe realizar la certificación del sistema y revisar el cilindro de forma quinquenal. Muchos expertos aconsejan confiar en la matriz energética nacional.