Un incremento en los diagnósticos de Trastorno del Procesamiento Auditivo (TPA) entre jóvenes ha encendido las alarmas en el ámbito médico, según reportaron numerosos departamentos de audiología del Servicio Nacional de Salud (NHS) británico a la BBC.
A pesar de no presentar problemas en su capacidad auditiva, los estudios revelan que la dificultad radica en el cerebro, que parece estar perdiendo la habilidad de interpretar sonidos de manera eficiente. Este fenómeno ha sido vinculado por algunos especialistas al uso prolongado de auriculares con cancelación de ruido, una tecnología que ha ganado popularidad en los últimos años.
El TPA es una afección neurológica que afecta la capacidad del cerebro para procesar sonidos, incluso cuando los oídos funcionan correctamente. Las personas que padecen este trastorno pueden escuchar los ruidos, pero tienen problemas para identificar su origen o comprender el significado de las palabras en entornos ruidosos.
Históricamente, este problema se ha asociado a niños con infecciones crónicas de oído, lesiones cerebrales o bajo peso al nacer. Sin embargo, su aparición en adultos jóvenes sin antecedentes médicos relacionados ha motivado investigaciones sobre posibles factores externos.
El profesor David McAlpine, director académico de Audición en la Universidad Macquarie, señaló al New York Post que el uso prolongado de auriculares con cancelación de ruido podría alterar permanentemente la forma en que el cerebro procesa los sonidos. «Si tienes una pérdida auditiva, es como cambiar el cifrado de tu cerebro», afirmó. Aunque el daño no es irreversible en todos los casos, el cerebro podría no recuperar su estado original, incluso si se deja de utilizar la tecnología.
El impacto de los auriculares con cancelación de ruido también podría estar afectando la vida social y académica de los jóvenes. La BBC compartió el caso de Sophie, una asistente administrativa de 25 años de Londres, quien comenzó a experimentar problemas para identificar de dónde provenían los sonidos tras mudarse a la ciudad para estudiar en la universidad.
Aunque sus pruebas de audición resultaron normales, un audólogo privado le diagnosticó TPA. Sophie relató que, en entornos ruidosos como bares o restaurantes, las palabras le sonaban como un galimatías, lo que la llevó a evitar estos lugares y a depender de subtítulos para seguir sus clases en línea.
Cinco departamentos de audiología del NHS han registrado un aumento en las derivaciones de jóvenes con problemas auditivos, quienes, tras ser evaluados, muestran una audición normal pero dificultades significativas para procesar sonidos. Este fenómeno ha llevado a los especialistas a cuestionar si el uso extendido de auriculares con cancelación de ruido desde edades tempranas podría estar contribuyendo a este problema.
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