¿A qué se refiere? Veamos. Seguramente han escuchado la frase "uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde", ¿verdad? Pues, por ahí va el asunto. La idea es que deje de tener sexo con su pareja. Hablen y establezcan un periodo de tregua. Digamos 10 días. Acuerden que en ese lapso pondrán todo su esfuerzo en reconquistarse, en prestar atención a los detalles, a las caricias, al romance, es decir, cosas que probablemente se han extraviado con el paso del tiempo. Luego suban la intensidad. Pueden estimularse eróticamente con llamadas, mensajes de texto, regalos, caricias, palabras sucias al oído, en fin, pero sin tener que llegar al acto sexual propiamente dicho. Es un juego duro, ciertamente, pero con un premio muy gratificante. Ambos deben esforzarse por no ceder a los impulsos.