La ciberseguridad se ha convertido en un pilar fundamental para la protección de la información y las operaciones de las empresas en todo el mundo. Ante el aumento en la frecuencia y sofisticación de los ciberataques, contar con un plan sólido para enfrentar incidentes de seguridad es esencial.
Sin embargo, muchas organizaciones se encuentran poco preparadas para responder eficazmente a una crisis cibernética, lo que puede acarrear graves consecuencias financieras y reputacionales.
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Un simulacro interactivo de crisis cibernética es una herramienta práctica que permite a las empresas simular, en un entorno controlado, un ataque cibernético en tiempo real.
A través de este ejercicio, los equipos de tecnología y seguridad de la empresa participan activamente en la toma de decisiones, enfrentando situaciones críticas como la detección de un ataque, la gestión de la crisis y la recuperación de los sistemas afectados.
Este tipo de pruebas tienen un valor incalculable, ya que permite a las organizaciones probar sus políticas de ciberseguridad, identificar posibles debilidades y mejorar su tiempo de reacción ante una amenaza.
¿Cómo organizar un simulacro interactivo de crisis cibernética?
1. Definición de objetivos y alcance
El primer paso es definir los objetivos específicos que se desean alcanzar. Se deben identificar los principales riesgos cibernéticos y ajustar el simulacro a sus necesidades. ¿El objetivo es mejorar la coordinación entre equipos internos? ¿Evaluar la rapidez en la toma de decisiones? ¿Probar la efectividad de las medidas de contención? Definir claramente estos objetivos es fundamental para crear un simulacro efectivo.
“Además, el alcance debe adaptarse al tamaño y las características de la organización. Algunas empresas preferirán un simulacro a pequeña escala, que involucre solo a los equipos de TI y seguridad, mientras que otras optarán por un ejercicio más amplio que incluya a todas las áreas, desde el departamento de finanzas hasta el área de comunicación corporativa”, afirmó Mauricio Gálvez, Gerente de Ciberseguridad de TIVIT Cono Sur,
2. Creación del escenario de ciberataque
Una vez definidos los objetivos, el siguiente paso es crear un escenario realista de ciberataque. Desarrollar estos basándose en los ataques más comunes y peligrosos del momento, como ransomware, phishing o denegación de servicio (DDoS). Estos espacios se ajustan a las características de cada empresa, para reflejar mejor las amenazas a las que se enfrentan en su sector o región.
Por ejemplo, para una empresa del sector financiero, el simulacro podría involucrar un ataque de ransomware que compromete datos sensibles de clientes, mientras que una empresa de retail podría enfrentarse a un ataque que afecte su plataforma de ventas en línea.
3. Ejecución del simulacro: En línea o presencial
“En línea o de manera presencial, los participantes se dividen en equipos y reciben instrucciones a medida que el ataque simulado evoluciona en tiempo real. A lo largo del simulacro, deben tomar decisiones críticas para mitigar el daño, restaurar los sistemas comprometidos y coordinarse con las diferentes áreas de la organización”, continuó Galvez.
Además, este puede incluir componentes adicionales, como la gestión de comunicación de crisis con los medios y los clientes, lo que permite a las empresas evaluar su capacidad para manejar las consecuencias externas de un ciberataque.
4. Evaluación post-simulacro y recomendaciones
Se analizan factores como la efectividad de las medidas de contención, la rapidez en la toma de decisiones y la coordinación entre equipos. Esta evaluación es fundamental para identificar brechas en los planes de contingencia y áreas que requieren mejoras.
Con base en esta evaluación, se elabora un informe con recomendaciones personalizadas para cada empresa. Estas pueden incluir desde ajustes en las políticas de ciberseguridad hasta la implementación de nuevas herramientas tecnológicas que mejoren la capacidad de respuesta ante futuras amenazas.
5. Entrenamiento continuo y simulacros regulares
Se recomienda a las empresas realizar estos ejercicios de manera regular, adaptándolos a los nuevos riesgos que puedan surgir y entrenando continuamente a sus equipos. A medida que las ciberamenazas evolucionan, también deben hacerlo las estrategias de respuesta.
En palabras de Mauricio Gálvez, Gerente de Ciberseguridad de TIVIT Cono Sur: “No se trata de si una empresa será atacada, sino de cuándo. Los ciberataques son inevitables en el entorno digital actual, pero estar preparados es lo que marca la diferencia”.
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