El asteroide,  en este escenario, media entre 100 y 300 metros de diámetro y tenía un 10% de posibilidad de chocar con la Tierra el 29 de abril del 2027.  Los científicos tenían un plazo de 8 años para combatir la amenaza. (GETTY)
El asteroide, en este escenario, media entre 100 y 300 metros de diámetro y tenía un 10% de posibilidad de chocar con la Tierra el 29 de abril del 2027. Los científicos tenían un plazo de 8 años para combatir la amenaza. (GETTY)

Redacción PERÚ21

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Este devastador escenario fue un ejercicio teórico organizado por la . 240 investigadores de varios países, entre ellos, astrónomos, ingenieros y especialistas en defensa planetaria, se reunieron en la ciudad de Washington durante la Conferencia de Defensa Planetaria 2019. Los participantes tenían que armar un plan de reacción en el caso de que un asteroide amenazara con destruir la Tierra.

El asteroide, en este escenario, media entre 100 y 300 metros de diámetro y tenía un 10% de posibilidad de chocar con la Tierra el 29 de abril del 2027. Los científicos tenían un plazo de 8 años para combatir la amenaza.

En base a la información que recibían a diario, los especialistas debían de decidir cuál esa la mejor estrategia para salvar al planeta de la colisión.

En un principio el plan era desviar la trayectoria del asteroide para evitar la colisión.

El primer paso fue mandar una sonda que llegó al asteroide, en un hipotético 2021, para conocer sus características en detalles. Con esta información determinaron que el meteorito se dirigía a Denver, Colorado, en Estados Unidos.

La NASA, junto a las agencias espaciales de Europa, Japón, Rusia y China, construyeron tres "impactadores cinéticos".

La técnica de impacto cinético consiste en golpear el asteroide con una nave espacial para que disminuya su velocidad y se desvíe. Según el simulacro, una de las naves logró chocar y fragmentar el asteroide.

NUEVA YORK NO SE SALVARÍA

Parecía que esto era una buena noticia, pero no, gran parte del meteoro se desvió de la tierra, sin embargo, un pedazo de 60 metros tomo rumbo y empezó a dirigirse al Central Park, en Nueva York. Este destrozaría el corazón de Manhattan el 29 de abril del 2027.

El 'pequeño' asteroide entraría a la atmósfera terrestre a 69.000 km/h, produciendo una colosal bola de fuego que los expertos llaman "megabólido". El impacto con la Tierra generaría 15 megatones de energía, lo que significa 1.000 veces más que la bomba atómica de Hiroshima.

Un pedazo de 60 metros tomo rumbo y empezó a dirigirse al Central Park, en Nueva York. Este destrozaría el corazón de Manhattan el 29 de abril del 2027. (NASA)
Un pedazo de 60 metros tomo rumbo y empezó a dirigirse al Central Park, en Nueva York. Este destrozaría el corazón de Manhattan el 29 de abril del 2027. (NASA)

IMPACTO INMINENTE

En este punto, el choque del asteroide con la Tierra ya era inevitable. Por lo tanto, los científicos decidieron enfocar su esfuerzo en mitigar los daños que el megabólido ocasionaría.

Al golpear Nueva York, podría afectar hasta 10 millones de personas y generaría una onda explosiva de unos 16 km de altitud. La explosión podría causar daños en unos 70 km a la redonda y en un radio de 15km nadie sobreviviría.

PREGUNTAS SIN RESPUESTA

La tragedia inminente dejó ver los desafíos que tendría una operación de evacuación masiva.

¿Es posible evacuar a 10 millones de personas?, ¿quién pagará por ello?, ¿a dónde los llevas?, ¿cómo se protegerán lugares peligrosos como instalaciones nucleares o químicas?, ¿qué se haría con patrimonio valioso como obras de arte?, ¿cómo se comportarían las personas?

Este tipo de simulacros se realiza cada dos años. En 2013 el asteroide devastó la Riviera Francesa y en 2015 destruyó Daca, capital de Bangladesh. En 2017, los participantes lograron salvar a Tokio del impacto.

¿CUÁLES SON LAS PROBABILIDADES?

El Centro de Estudios para Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA (CNEOS, por sus siglas en inglés) deja claro que es "altamente improbable" que un suceso como el de este ejercicio ocurra en la vida real.

Sin embargo, considera que es importante estar preparados. Ya que a diferencia de un terremoto o la erupción de un volcán, es el único desastre natural que se puede evitar.

A pesar de que la tecnología actual pueda detectar con varios años de anticipación un asteroide que se acerca a la Tierra, el verdadero reto es dar una solución aprovechando la información.

"Aprendimos que necesitamos tener la mayor cantidad de información posible en el menor tiempo posible y saber cómo distribuirla", dijo Rüdiger Jehn, líder de Defensa Planetaria de la Agencia Espacial Europea.

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