El juez a cargo del caso consideró que el testimonio del efectivo policial no era creíble y concedió una moción para suprimir la demanda. (Foto: Referencial AFP)
El juez a cargo del caso consideró que el testimonio del efectivo policial no era creíble y concedió una moción para suprimir la demanda. (Foto: Referencial AFP)

Un abogado estadounidense utilizó y las leyes de la física para la defensa de uno de sus clientes, acusado de conducir bajo intoxicación tras ser detenido por exceso de velocidad.

El oficial a cargo de la intervención testificó ante las autoridades que el inculpado viajaba a aproximadamente 70 millas por hora, en desacato a los topes establecidos en Dallas. No obstante, también admitió que estimó la velocidad visualmente, ya que la calibración de su velocímetro no era la adecuada en ese momento.

La revelación fue útil para Randall Isenberg, quien desacreditó el testimonio al demostrar que el acusado no estaba acelerando. 

El registro de una cámara ubicada en el tablero del patrullero, que capturó el desplazamiento del vehículo del acusado durante 22 segundos, permitió que el letrado identifique el lugar de entrada y salida del auto del demandado en el marco de video.

De esta manera, utilizando las secuencias y la referencia de Google Maps, Isenberg calculó la velocidad estimada de su cliente usando una popular fórmula física: Velocidad = Distancia / Tiempo.

La calibración indicó que el intervenido viajaba entre 47 y 48 millas por hora. En consecuencia, el juez a cargo del caso consideró que el testimonio del oficial no era creíble y concedió una moción para suprimir la demanda.

"El oficial utilizó la velocidad del acusado como causa probable para detenerlo", detalló el abogado luego de su exitosa defensa. 

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