Jueves, 30 de diciembre del 2021

Las matemáticas en tiempos de la COVID-19

El Dr. Carlos Flores Goycochea explica cómo afrontar la enseñanza de las ciencias en épocas de pandemia.

Las matemáticas en tiempos de la COVID-19
Las matemáticas son fáciles para unas personas y para otras, no. Por eso, se recomienda un estudio personalizado y apoyo presencial.

Cuando llegó la pandemia de la COVID-19 al Perú, en marzo del 2020, las clases tuvieron que pasar rápidamente de lo presencial a lo virtual. Esta era una realidad para la que ningún país de América del Sur estaba preparado. En el nuestro muy poco se había avanzado al respecto, y menos en pregrado. “Este inusual reto obligó a cambiar radicalmente los paradigmas pedagógicos. Hemos tenido que buscar nuevas estrategias hasta para la realización de pruebas y también para captar la atención de los alumnos”, explica el Dr. Carlos Flores Goycochea, docente del Programa de Estudios Básicos.

Han pasado casi dos años desde entonces. ¿Cuáles han sido las consecuencias para el curso de Matemática? El Dr. Carlos Flores Goycochea resalta que en el semestre 2021–II se ubican los escolares que han estudiado el cuarto y quinto de secundaria de manera completamente virtual, y ha encontrado fuertes deficiencias en sus conocimientos. Estas se suman a las que ya se observaban antes de la pandemia en indicadores como la prueba PISA. Para enfrentar la situación, hace 15 años creó talleres de ingreso libre, que impartía los sábados por la tarde, a los que asistían entre 30 y 40 alumnos. “En la parte virtual también he organizado talleres de ingreso libre, esta vez los domingos a las 7 de la noche. Se inscriben entre 25 y 30 alumnos por clase. Allí los impulso a estudiar. Estos son tiempos complicados, la pandemia ha traído también un aumento en los problemas psicológicos de los muchachos, así que trato de que se olviden de todo eso y vengan a practicar. Para mí, si asisten a un taller fuera de su horario de estudios, ya ganamos”.


PRESENCIALIDAD

Hoy se plantea un nuevo desafío: el regreso a las clases presenciales. “El retorno no puede ser totalmente presencial. A la URP viene un promedio de 3.000 alumnos diariamente, y un salón tiene 35 alumnos. Se dice que tiene que haber 2 metros de distancia entre ellos, lo que significa 10 por aula. Y está el problema de las personas en tránsito. Lo veo difícil de manejar. Pero sí se puede empezar con clases híbridas ”, detalla el docente.

En esa línea, propone evaluar académicamente a los ingresantes del 2022-I para definir qué alumnos muestran cierta deficiencia en letras o matemática y luego implementarles talleres propedéuticos presenciales (de conocimientos previos), a los que tengan que asistir dos o tres veces por semana. Los demás continuarían solo con las clases virtuales. De esta manera se mantendría un aforo adecuado. ¿Y para los alumnos que ya pasaron el primer y segundo semestre, pero desean profundizar en las matemáticas? También se les brindaría talleres híbridos, de manera voluntaria, para reforzar los temas que no entendieron bien o en los que salieron desaprobados.


EL PRINCIPAL RETO: LA CONCENTRACIÓN

“Voy a cumplir 30 años enseñando matemática en colegios y a nivel preuniversitario y universitario, y en todo ese tiempo he visto que los alumnos se distraen demasiado. Esto sucede principalmente en los últimos siete años. Hay mucha dependencia de los celulares, de las redes sociales. El problema es que no puedes poner un PPT y explicar la matemática, porque los alumnos se quedan dormidos. Las matemáticas no son habladas; necesitas practicarlas. Hay que darles tareas, revisar sus trabajos, y repetir varias veces la operación para que les salga mejor”, resalta el Dr. Carlos Flores Goycochea.

Agrega que, a la falta de concentración, la virtualidad ha añadido problemas de infraestructura, como la falta de cámara, el alto consumo de gigas, etc. Además, vigilarlos también se complica si se desea mantenerlos practicando constantemente. En general, este trabajo pedagógico puede resultar agotador. “Debemos entender que esta juventud es distinta a todas las anteriores, es especial. Aquí hay que ser profesor, amigo, psicólogo, todo para poder sacarlos adelante”.


Otro punto necesario de evaluar es el de la disparidad natural en conocimientos matemáticos de los ingresantes. Como menciona el Dr. Carlos Flores, es lógico que profundicen más sus estudios numéricos quienes se han preparado para carreras como Medicina o Arquitectura que aquellos que ingresaron a Turismo o Derecho. “A estos últimos es a quienes tenemos que apoyar. ¿Para qué van a asistir presencialmente quienes sacan 18 en su primer examen? De esta manera, de una población universitaria de 3.000 vendrían al campus unos 700, y esa cantidad sí es manejable, y hasta podríamos reducirla a 300 haciéndoles el debido seguimiento. Además, actualmente los alumnos de pregrado ya no quieren que todas las clases sean presenciales”.

El Dr. Carlos Flores Goycochea es ingeniero electrónico, magister en Docencia Superior y doctor en Ciencia Política y Relaciones Internacionales. Todos sus estudios los ha realizado en la URP, su Alma Máter. Desde estudiante le encantaban las matemáticas y hoy cuenta con 3 libros publicados sobre el tema: Razonamiento Matemático; Matemática Básica – Problemas Propuestos; y Matemática Básica – Parte 1.

“Empecé a enseñar matemática a los 19 años y me tomó tres años recolectar la información para Matemática Básica – Parte 1. He contado con el apoyo de la Editorial Universitaria, del Vicerrectorado de Investigación del Centro de Investigación y del Rectorado. Para el 2022 tengo proyectado publicar Matemática Básica – Parte 2, cuyo contenido es sobre geometría analítica. También cuento con un doctorado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales. Allí tengo un proyecto sobre la crisis política en los países limítrofes con el Perú: Chile, Bolivia, Brasil, Ecuador y Colombia. Además, incluyo el modelo uruguayo, porque me parece importante”, puntualiza.

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