Con la llegada del invierno, las bajas temperaturas no solo afectan a las personas. Algunas razas de perros son especialmente sensibles al frío por su tamaño, pelaje o características fisiológicas.

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Expertos veterinarios advierten que la hipotermia, los resfríos y el letargo son más frecuentes en esta temporada, y muchos casos llegan tarde a consulta.
Entre los perros, los chihuahuas, pinscher miniatura, galgos italianos y yorkshire terrier, encabezan la lista de los más vulnerables. Su pequeño tamaño y bajo nivel de grasa corporal los hacen más propensos a perder calor rápidamente. Los cachorros y los adultos mayores de cualquier raza también entran en este grupo de riesgo.
Los especialistas recomiendan mantener a las mascotas en ambientes cálidos, lejos de corrientes de aire, y con ropa térmica solo si el animal la tolera bien.
“No se trata de humanizarlos, sino de evitar que su temperatura corporal baje de forma peligrosa”, señala la veterinaria Claudia Rojas. También es clave ajustar su alimentación si se vuelven menos activos, y vigilar signos de decaimiento, temblores o encogimiento corporal.
El invierno puede ser una época de descanso y confort para los animales, siempre que sus cuidadores estén atentos a sus señales. Abrigar no es una moda: en muchos casos, es una forma de proteger la vida.
¿Por qué algunas razas sufren más en invierno?
No todos los animales tienen la misma capacidad de regular la temperatura corporal. Algunas razas carecen de pelaje denso, tienen una contextura delgada o vienen de climas cálidos. Factores clave que los hacen más vulnerables:
Bajo porcentaje de grasa corporal.
Pelo corto o inexistente.
Enfermedades preexistentes (artritis, insuficiencia cardíaca, etc.).
Edad extrema: cachorros y ancianos.
Tamaño pequeño: pierden calor más rápido por su proporción superficie-volumen.