Redacción PERÚ21

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Las fuerzas sirias desalojaron el miércoles a decenas de rebeldes parapetados en un área cerca de las costas del Mediterráneo, y la televisión estatal afirmó que retomaron control de la región después de ocho días de intenso cañoneo y enfrentamientos, informó AP.

La región montañosa de Haffa es una de varias zonas en las cuales las fuerzas del gobierno combaten a los rebeldes. Su control es particularmente importante para el régimen porque Haffa está a unos 30 kilómetros (20 millas) de la ciudad natal del presidente , Kardaha, en la provincia de Latakia. A su vez Latakia es la región de la minoría alauita a la que pertenecen Assad y la elite gobernante, aunque allí también hay una mezcla de grupos religiosos.

La portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Victoria Nuland, advirtió hace dos días que las fuerzas de Asad podrían cometer matanzas en Haffa. Por su parte la cancillería siria acusó a Estados Unidos de "intromisión flagrante" en los asuntos internos sirios.

Mientras aumenta la violencia, el director del grupo de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, Herve Ladsous, dijo el martes que el conflicto se había convertido en una guerra civil, afirmación ante la cual la cancillería siria manifestó "asombro". El ministerio afirmó que esa declaración carecía de objetividad y era incorrecta.

"Siria no está presenciando una guerra civil sino, por el contrario, un conflicto armado para desarraigar el terrorismo y hacer frente a matanzas, secuestros, bombas, y otros actos brutales de grupos terroristas armados", dijo la cancillería.

La televisión estatal afirmó que las fuerzas del régimen habían "limpiado" Haffa de "grupos terroristas armados".

Se cree que cientos de combatientes rebeldes que se habían parapetado allí se retiraron durante la noche en medio de intensos combates en Haffa y pueblos cercanos. Los combatientes rebeldes desalojaron los pueblos de Zanqufa, Dafil y Bakkas por la noche, dijo Rami Abdul-Rahman, director del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña.

No estaba en claro si los observadores de la ONU en Siria podrán llegar a Haffa. El martes, un grupo arrojó piedras y palos contra los vehículos de los observadores cuando se aproximaban al lugar y los obligaron a regresar. Los observadores no resultaron heridos. Sausan Ghosheh, una portavoz de los observadores, dijo que habían intentado llegar a Haffa desde el 7 de junio.

Videos ciudadanos y adjuntos en esta nota muetran la continuación de la violencia en el país árabe, sobre todo en el asediado pueblo de .