ReportuitEl referéndum celebrado el domingo 26 en Siria desató el caos en las calles de la capital, Damasco. Las manifestaciones se iniciaron debido a que la aprobación de una nueva constitución supone una serie de reformas pero, sobre todo, normas que podrían perpetrar a Bashar Al Assad en el poder hasta el 2028.
Según informó Reuters, al menos 59 personas, entre civiles y soldados, murieron durante la represión a los grupos opositores el domingo. Sin embargo, hoy, un día después del referéndum que, según el Ministerio del Interior sirio, recibió un apoyo de casi el 90% de la población, la Organización de Naciones Unidas (ONU) cuestionó el mismo.
"Es improbable que sea creíble en el contexto de una violencia generalizada y violaciones masivas de los derechos humanos", declaró Eduardo del Buey, portavoz del organismo, a Reuters.
La oposición siria y líderes occidentales calificaron la votación del domingo 26 como una farsa debido a que se llevó a cabo en ambientes hostiles y en los que las represiones son una seguidilla de ataques sin tregua, como en Homs.
Sin embargo, Assad dijo que la nueva Carta Magna conducirá a elecciones multipartidarias dentro de tres meses.