Redacción PERÚ21

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El noruego Richard Henriksen sufrió momentos de pánico cuando la barra desde la que se columpiaba antes de hacer un 'acrobático' – colocada en el extremo de un acantilado- se rompió inesperadamente, . El intrépido hombre, cirujano de profesión, cayó unos 1 200 metros de altura, logrando escapar la muerte al desplegar a tiempo su paracaídas.

Henriksen, padre de cinco hijos, tuvo la increíble suerte de no golpearse la cabeza con una de las paredes del acantilado o con el mismo tubo con el que se mecía momentos antes.

La peligrosa y fallida proeza se realizó para .

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