Redacción PERÚ21

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Calles silenciosas, casas abandonadas y pueblos fantasmas. A un año del , solo los trabajadores y reporteros se atreven a atravesar la zona de exclusión de veinte kilómetros a la redonda al lugar del accidente.

En medio de una desolación y viviendo solo en compañía de sus animales, se encuentra Naoto Matsumura, el último residente de Fukushima.

Habitando una casa sin electricidad y desagüe, el hombre de 52 años pasa sus solitarios días en , ahora un pueblo abandonado, alimentando a los animales de su granja, a quienes no pudo dejar atrás durante la evacuación. Con el tiempo, el anciano ha empezado a dar cobijo a otros animales abandonados de la zona.

La historia, que fue presentada por el diario británico , muestra en qué grado fueron por los sucesos que se iniciaron con el , y lo mucho que aún falta para que la situación vuelva a la normalidad.

El único pedido de Naoto a su gobierno, es "que comiencen cuando antes la descontaminación de la zona".