Imagen: Gawker
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Redacción PERÚ21

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Sandra Lupo se encontraba trabajando desde 2005 en el restaurante Hooters de St. Peters, en Missouri, para pagar sus estudios de enfermería. Todo cambió el año pasado cuando tuvo que someterse a una operación cerebral.

Según , el administrador del local le aseguró a Lupo que podía conservar su empleo. Sin embargo, cuando quiso incorporarse luego de un mes de internamiento le comunicaron que para trabajar tendría que usar una peluca.

Lupo se rehusó a hacerlo porque el accesorio impedía que la herida cicatrizara con normalidad, y sus horas de trabajo se vieron reducidas significativamente, hasta el punto en el que no le quedó más que renunciar.

La estudiante de enfermería y su abogado procedieron a demandar a Hooters por discriminación, ya que el cambio se dio cuando ella se veía "menos atractiva" debido al cabello corto y la cicatriz en su cabeza.