Esto es otro ejemplo del clásico Phishing, una actividad ilegal que ha llegado a cobrar reconocimientos en mercados latinos. El phishing trata de ciberladrones disfrazándose de páginas legítimas para engatusar a usuarios ingenuos; llegando a imitar incluso el logotipo y colores de cualquier empresa para hacer parecer sus páginas más legítimas. Los ciberladrones tienden a conocer sobre la informática, lo que ayuda a que lleguen a diseñar copias exactas de páginas webs oficiales para llevar a cabo sus crímenes. Si los usuarios llegan a creer que son páginas reales, al rellenar las páginas con datos privados, eso permite a los ladrones acceder a cuentas bancarias, lo que facilita el robo de varios usuarios.