En el desierto de Karakum, en Turkmenistán, se abre en la tierra un gran cráter visible en Google Maps, del que emergen llamaradas de fuego en un escenario sacado de la 'Divina Comedia' de Dante Alighieri.
El pozo de Darvaza, conocido popularmente como la 'Puerta al Infierno', es un enorme cráter de 69 metros de diámetros y 30 de profundidad, que viene ardiendo sin cesar desde hace 47 años, en medio de un desierto que ocupa casi el 70% del territorio del país rico en petróleo y gas natural.
Su origen se remonta a la Guerra Fría, cuando este territorio perteneció a la ex Unión Soviética. En 1971, un grupo de geólogos que realizaban trabajos para ubicar yacimientos de gas natural, se toparon con el pozo.
Mientras trabajaban en la zona, la tierra se abrió y se tragó la maquinaria y las tiendas de campaña, ante la mirada atónita de los trabajadores. Se trataba de una cueva subterránea repleta de gas natural.
Debido al peligro de que escapasen gases peligrosos, los hombres tomaron la decisión de prenderle fuego pensando que este se apagaría en unos días, hecho que nunca ocurrió.
Ahora, y después de 47 años, el pozo sigue ardiendo, hecho que lo ha convertido en toda una atracción turística, atrayendo a aventureros de todo el mundo.
En 2013, el explorador canadiense George Kourounis se convirtió en la primera persona en descender al interior del cráter, mediante un sistema de poleas y un traje resistente al calor, ya que la temperatura llega a los 1000 grados centígrados en el fondo del agujero.