Lo crió durante semanas como un gato, pero en realidad era un puma salvaje. (Facebook | FARA)
Lo crió durante semanas como un gato, pero en realidad era un puma salvaje. (Facebook | FARA)

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Singular historia. Una mujer encontró a un gato abandonado en una cueva, se lo llevó a su hogar y lo crió durante aproximadamente tres meses. Durante este tiempo el animal se comportó como un felino cualquiera. Pero lo que a primera vista parecía ser un minino tierno y juguetón, resultó ser un puma salvaje. El particular hecho es en .

Florencia estaba pescando junto a su hermano en un río en la provincia de Tucumán, en , cuando escuchó un ruido. Provenía de un cueva y en su interior halló a dos gatitos cachorros amamantándose de su madre muerta. Estaban hambrientos y tenían apenas días de vida. La mujer no dudó y se los llevó para cuidarlos. Los llamó Dani y Tito. El primero, demasiado débil para sobrevivir, murió una semana después.

Bigotes blancos y largos, ojos miel, orejas puntiagudas, un llamativo pelaje rojizo y las patas típicas de un felino. Al tratarse de una cría era un poco difícil confirmar si se trataba de un gato doméstico o del segundo felino más grande del continente americano. Tito resultó ser un puma yaguarundí salvaje.

A medida que pasaba el tiempo y la fisonomía del felino cambiaba, empezó a sospechar que no era un gato doméstico. Después de visitar a distintos veterinarios, Florencia decidió llamar a la Fundación Argentina de Rescate Animal (FARA) para que se hicieran cargo del felino.

“Afortunadamente, ella nos llamó y, de buena onda y corazón, nos entregó el animal porque se dio cuenta de que no era apto para su casa. Lo enjaulamos y lo llevamos al veterinario que trabaja con nosotros”, señaló el presidente de la FARA, Hernán Rodriguez Salazar, al diario argentino Clarín. “Es juguetón, está domesticado y es muy dócil”, añadió.

El veterinario inspeccionó al minino y aseguró que se halla en un buen estado de salud. Tan solo tenía una fisura en una de las patas traseras. Tras examinarlo, lo trasladaron a la Reserva Horco Molle de Yerba Buena, una zona protegida donde recibiría los cuidados necesarios para un animal salvaje.

“Allí tienen una hembra de la misma especie. Ellos siempre procuran tratar de adaptarlo a su hábitat natural, para que vuelva a ser un animal de caza, que pueda cazar por sus propios medios. Por otro lado, van a seguir tratándole esa fisura en la pata trasera”, dijo Salazar.

El puma yaguarundí, también conocido como gato moro, es un mamífero carnívoro que habita en gran parte del continente americano, desde la mitad sur de Argentina hasta el sureste de México. Es más grande que un gato doméstico y de acuerdo a lo manifestado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, es una especie bajo “preocupación menor”.