El Informe Anual de Perspectivas de Población de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), presentado en julio pasado, reporta que la población mundial alcanza actualmente los 8,200 millones de personas. De ellos, casi un tercio —más de 2,300 millones— padece de inseguridad alimentaria moderada o grave. Por otro lado, se sabe que al año se producen alrededor de 4,000 millones de toneladas de alimentos que de ser distribuidas equitativamente podrían saciar a más de mil millones de personas adicionales a las que actualmente habitan el globo.
Sin embargo, lo cierto es que 1,300 millones de toneladas de alimentos, un tercio de la producción para el consumo humano, son desechadas según la FAO. Más aún, el informe El Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo (SOFI) publicado hace tres meses por cinco organismos especializados de la ONU dan cuenta de una cruda realidad: en 2023, entre 713 y 757 millones de personas habrían padecido hambre, cerca de 152 millones más que en 2019. Es decir, una de cada 11 personas en todo el mundo y una de cada cinco en África.
Programas de éxito y esperanza
El SOFI ha dejado claro que, en términos alimenticios, el mundo ha retrocedido 15 años. Los niveles de subalimentación actuales son comparables a los de 2008 y 2009. Pero no todo está perdido. Iniciativas de éxito que combaten el flagelo del hambre en el mundo tiñen de esperanza los números sombríos.
Uno de estos casos es el proyecto MOM de la agencia de la ONU para Refugiados (Acnur) y la Fundación La Caixa, cuya metodología para afrontar la malnutrición en los niños ha logrado desde 2019 reducir la mortalidad infantil en hasta un 76% en los campos de refugiados de Etiopía. El proyecto promueve prácticas que influyen en la correcta alimentación y salud infantil en todos los sectores humanitarios a personas que han escapado de países como Sudán, Somalia y Yemén.
Un caso más cercano y reciente es lo que viene ocurriendo en Guatemala desde 2023 con los “Campamentos nutrimóviles”. Este es el país de América Latina con el índice más alto de desnutrición infantil: uno de cada dos niños están en situación de debilidad alimentaria. Para disminuir estos altos índices la iniciativa privada Guatemaltecos por la Nutrición instaló clínicas equipadas con última tecnología para facilitar atención médica y nutricional a las comunidades. Gracias a este programa piloto, el 79% de los niños atendidos vencieron la desnutrición aguda.
El caso peruano
La escasez y la falta de acceso a alimentos nutritivos tienen efectos devastadores en las personas en general y niños en particular, pues afecta su desarrollo físico y cognitivo. Más de un tercio de la población mundial, cerca de 2,800 millones de personas, no pudo acceder a una dieta saludable en 2022.
Con respecto al Perú, la anemia es el principal signo de la malnutrición en el país. Según la última Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) del INEI, la prevalencia de esta enfermedad en niños de 6 a 35 meses fue de 43.1% en 2023. Estas cifras indican que el Perú enfrenta un problema de salud pública severo, y representa un retroceso en comparación a 2022, año en el que los resultados registraban un 42.6% en el mismo segmento etario. Entre las graves consecuencias de la deficiencia de hierro están el bajo rendimiento escolar y el retraso del crecimiento.
A pesar de estos datos, la experiencia nos dice que desde hace un tiempo el Perú ha encontrado la receta para derrotar a la anemia. Un buen ejemplo es lo ocurrido entre 2000 y 2004 con el programa Buen Inicio que, con asistencia técnica de Unicef, logró reducir un 23% la anemia infantil en comunidades rurales de Cusco, Apurímac, Loreto y Cajamarca. Los alentadores resultados se debieron a un cambio de enfoque: se pasó de una intervención tardía a una temprana, desde la gestación hasta los tres primeros años, logrando bajar el porcentaje de 76% a 52.3%.
Otro caso significativo es lo sucedido en Huancavelica. Siguiendo los datos del INEI la región ocupa el primer lugar en la reducción de la anemia en niños menores de tres años. Pasó de 65% en 2022 a 56.6% en 2023; es decir, la disminución en un año fue 8.4%. El importante avance se logró gracias al trabajo articulado del sector Salud, los gobiernos locales y la sociedad civil organizada. Los fundamentos del programa son la vigilancia comunitaria, el respeto a la interculturalidad, el fortalecimiento del primer nivel de atención y el enfoque multisectorial.
Ollas que desarrollan: Combatiendo la inseguridad alimentaria
En más de dos años, el programa de Alicorp ha llevado a cabo exitosas acciones dirigidas a la lucha frontal contra la inseguridad alimentaria en 432 ollas de diez regiones del Perú.
No es un secreto que más de la mitad de los peruanos –al menos 17 millones de compatriotas- no posee suficientes recursos para acceder una dieta saludable y constante. Es más, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Perú sigue teniendo el porcentaje más alto de inseguridad alimentaria en Sudamérica. Del 51.7% de la población peruana que se encuentra en esta situación, el 20.3% ha padecido inseguridad alimentaria grave, es decir casi 7 millones. A esto se suma la desnutrición crónica que según el INEI afectó, en el 2023, al 11.5% de menores de cinco años. La dura realidad por la que atraviesan millones de peruanos exige el trabajo en conjunto de varios actores entre el Estado, la ciudadanía y el sector privado.
En ese sentido, Alicorp reafirma su compromiso con las poblaciones más vulnerables del Perú a través de Ollas que Desarrollan (OQD), programa que busca la autogestión de las organizaciones base y que, en casi tres años de trabajo, ha logrado atender a 432 ollas comunes en 10 regiones del Perú.
Contra la inseguridad alimentaria
OQD inició en 2022 como respuesta a las graves carencias de alimentación que la pandemia había generado en las comunidades de bajos recursos. El programa no solo se limita a la urgente donación de productos de la canasta básica, sino también a la entrega de equipamiento para mejorar las condiciones de las cocinas y espacios de trabajo, así como capacitaciones en sanidad, presupuesto, contabilidad y nutrición para mejorar su dinámica diaria. Aliados como UPC, Mibanco, Cargill, Yape, entre otros, apoyan la iniciativa.
El acercamiento a las ollas, a través de la ONG Juguete Pendiente, permitió conocer y entender mejor su contexto y encontrar oportunidades de crecimiento hacia la meta de la autosostenibilidad. En total, para combatir la inseguridad alimentaria, OQD ha entregado más de 4’200,000 raciones de alimentos, beneficiando a más de 42 mil personas. Las lideresas capacitadas superan el número de 1,200.
Actualmente, se mantienen en actividad más de 25 emprendimientos relacionados con las ollas comunes, propuesta que contemplaba la ejecución de un pequeño negocio que les permita generar ingresos complementarios a la olla.
Los resultados de las capacitaciones arrojan números alentadores. Reportan ofrecer menús saludables, cuidando las porciones de proteínas (25%), carbohidratos (25%) y vegetales (50%). Gracias a las capacitaciones hay un incremento de 22 puntos porcentuales en este aspecto desde el inicio del programa hasta la evaluación realizada en junio de 2024. También se observó que el conocimiento de las lideresas en prácticas de prevención de anemia se incrementó en 29 puntos porcentuales durante el último año.
Otros datos importantes revelan que la mejora promedio de sus utilidades alcanza el 81%, unos S/550 mensuales. Ese excedente genera mayor autonomía, cubre gastos inesperados, mejora la infraestructura de la olla y sirve para invertir en la calidad nutricional del menú que ofrecen.
Combatir la anemia
En 2024, OQD sumó acciones de sensibilización y capacitaciones para mejorar la ingesta de alimentos ricos en hierro, y a su vez se levantó una línea de base del estado nutricional de 200 personas, entre adultos mayores y niños de 14 ollas comunes seleccionadas en Lurín.
El piloto de la intervención impulsada por Alicorp se lleva a cabo de la mano de Juguete Pendiente, Pacífico Seguros y la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC). Con los resultados obtenidos, los equipos fortalecieron el contenido de las capacitaciones, impartiendo más clases teóricas, creando nuevas dinámicas grupales y brindando ejercicios prácticos y tips para combatir la anemia.
Todo esto complementó la difusión y la enseñanza de conceptos asociados a salud y nutrición, de preparaciones ricas en nutrientes y de pautas para la gestión de un menú semanal saludable.
El objetivo de OQD es empoderar a las lideresas como agentes de hierro y hacerlas conscientes del rol que desempeñan tanto en la asistencia alimentaria como en la lucha contra la anemia dentro de sus comunidades.
Youmi Paz, gerente corporativo de Nutrición y Proyección Social de Gloria: “La alimentación saludable y nutritiva debe ser accesible para todos”
De manera responsable y constante, Gloria continua sus esfuerzos por brindar a los peruanos, tanto de Lima como del interior del país, las herramientas necesarias para combatir la anemia y la desnutrición. Sus acciones han impactado en más de 80 mil personas.
Con el propósito de vencer los retos nutricionales que afronta el Perú, Gloria impulsa estilos de vida saludables basados en una dieta balanceada y buenos hábitos alimenticios. Youmi Paz, gerente corporativo de Nutrición y Proyección Social de la empresa, ahonda en los esfuerzos corporativos contra las afecciones que ponen en serio riesgo el desarrollo físico y cognitivo de cientos de miles de niños peruanos.
¿Cuáles son los programas que Gloria está llevando a cabo la para combatir la anemia?
Trabajamos distintas líneas de acción con el objetivo de promover una cultura nutricional sostenible en todos los peruanos, por lo cual desarrollamos diversos programas y campañas en diferentes zonas a lo largo del país. Por ejemplo, realizamos intervenciones nutricionales itinerantes como “El Centro Móvil de la Buena Nutrición”, orientado a la mejora de los hábitos alimenticios de acuerdo con sus necesidades nutricionales. Además, en los últimos años iniciamos “Nutriendo al Perú con Gloria”, un programa de intervención nutricional cuya meta es combatir la anemia por deficiencia de hierro presente en la población infantil, no solo a través de la asistencia alimentaria sino también mediante la capacitación en buenos hábitos nutricionales y manipulación de alimentos. El programa se desarrolló exitosamente en el distrito de Yura (Arequipa) en 2019 y, actualmente, se encuentra en ejecución en Surquillo y Antioquía (Huarochirí).
¿En qué lugares han centrado su labor y a cuántas personas se ha impactado?
Nuestros diversos programas de salud y nutrición nos han permitido llegar a diferentes zonas del país a lo largo de los años, tales como Arequipa, Cusco, Puno, Junín, Piura, Ucayali, Loreto y diferentes distritos de Lima, como Santa Anita, San Juan de Lurigancho, Ate, El Agustino, Independencia, Comas, Carabayllo, San Martín de Porres, Villa El Salvador, Villa María del Triunfo, San Juan de Miraflores, entre otros. A través de dichas iniciativas, hemos conseguido impactar durante estos últimos años en más de 80 mil personas.
¿Qué resultados se han obtenido tras la intervención de Gloria?
“Nutriendo al Perú con Gloria”, tanto en Surquillo como en Antioquía, constituye una intervención nutricional de largo plazo. Aunque no han finalizado, tenemos plena confianza en que los resultados serán favorables. En 2019 la ejecución del programa en Yura, Arequipa, logró mejorar el estado nutricional de 209 niños de 2 a 10 años a través del consumo de productos fortificados con hierro y zinc. Con esta intervención nutricional, conseguimos aumentar no solo el nivel de hemoglobina de los niños de la zona, sino también el peso, talla e índice de masa corporal. Así, impactamos de manera positiva en la salud del distrito, reduciendo la incidencia de enfermedades y, por consiguiente, contribuyendo al aumento de la productividad y el desarrollo de la comunidad.
Luego de combatir la anemia durante varios años, ¿qué enseñanzas han obtenido?
La principal enseñanza es que la lucha contra la anemia debe ser un trabajo colaborativo entre el sector público, organizaciones no gubernamentales y la empresa privada. Una alianza estratégica, acompañada de una ardua vigilancia nutricional, permitirá que las iniciativas que se desplieguen puedan impactar en el mayor número de peruanos posible, promoviendo el desarrollo sostenible de nuestras comunidades. Es importante reconocer que para reducir la prevalencia de la anemia en el Perú es necesario abordar esta problemática desde una perspectiva integral que empodere a las poblaciones. Nuestras iniciativas están centradas no solo en la asistencia alimentaria, sino también en la educación nutricional basada en evidencia científica, a fin de hallar rutas de acción que nos permitan obtener un impacto a largo plazo.
¿Qué otros problemas están ayudando a combatir Gloria?
En muchas localidades de nuestro país, principalmente en las zonas alejadas de la ciudad, la disponibilidad de alimentos frescos y saludables es limitada. Por eso, en Gloria, nos encontramos en un permanente proceso de innovación, a fin de llevar alimentos ricos y nutritivos a las mesas de todas las familias peruanas. Creemos firmemente que la alimentación saludable y nutritiva debe ser accesible para todos, independientemente de su nivel socioeconómico o ubicación geográfica.
Somos conscientes de que existen diversos mitos alrededor de la nutrición, los cuales pueden generar confusión en la sociedad y llevarnos a hábitos alimenticios poco saludables. Por ello, trabajamos activamente en promover una cultura alimentaria que nos permita tomar decisiones informadas. Una muestra es “Mundo Gloria”, experiencia divertida, interactiva y educativa que tendrá lugar de jueves a domingo en el Jockey Plaza, desde el 18 de octubre al 10 de noviembre. Allí las familias descubrirán el proceso de producción de sus lácteos favoritos, su gran valor nutricional y el importante rol que tienen en una dieta saludable.
