THE ARTIST FORMERLY KNOWN AS WALDEMAR CERRÓN. Casi todas las listas probables tienen a alguien de izquierda. Y el más voceado es él. (Midjourney/Perú21)
THE ARTIST FORMERLY KNOWN AS WALDEMAR CERRÓN. Casi todas las listas probables tienen a alguien de izquierda. Y el más voceado es él. (Midjourney/Perú21)

Al cierre de edición, las negociaciones entre Fuerza Popu lar y Perú Libre se habían entrampado, fina cortesía de ‘Miki’ Torres. Paralelamente, Alejandro Aguinaga decía que el Bloque Magisterial representaba a una izquierda más “light”. Y una voz autorizada de Fuerza Popular sugería una tercera vía: una lista encabezada por la exfiscal de la Nación Gladys Echaíz.

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La parlamentaria habría criticado la elaboración de la acusación constitucional contra los llamados ‘Niños’, lo que le daría cierto margen de negociación. En el extremo opuesto estaría Lady Camones, quien habría tenido que renunciar a sus aspiraciones presidenciales por presidir la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales. Gajes del oficio. Eduardo Salhuana, en cambio, tendría no solo la venia de Richard Acuña (íntimo de Luis Galarreta, su contraparte en las negociaciones). También contaría con la muñeca política para sostener una mesa multipartidaria, dado su pasado zurdo como diputado de Izquierda Unida (1990) y colaborador de Henry Pease.

Esto a ojos del líder César Acuña, excandidato a diputado por Izquierda Socialista y tácito aliado del gobierno de Dina Boluarte. Luego de dos años en la labor congresal, es importante incorporar a otros integrantes a la MD. “En los dos primeros años condujeron la Mesa Directiva María del Carmen Alva, luego Lady Camones y después José Williams”, le dijo a Perú21. Waldemar sería la carta para la segunda vicepresidencia. “La idea es que la integre uno de izquierda, pero que la presida uno de derecha”, dijo.

La otra alternativa de la fórmula Salhuana (APP), sin embargo, iría con Fuerza Popular, Acción Popular y Somos Perú. Desde la otra orilla, las negociaciones de las izquierdas vienen tomando la delantera. Por eso, la preocupación del denominado ‘bloque democrático’. O juegan con la izquierda, o la izquierda jugará sola. Y, entre los magisteriales y los impredecibles ‘Niños’, la figura perulibrista parece haberse convertido en algo así como un mal menor.

Sobre todo desde la figura de la ‘alianza anticaviar’ que dejaría fuera a la bancada del más peligroso Bermejo. Fuerza Popular, como se sabe, no quiere presidir la Mesa. Su deseo es conservar la primera vicepresidencia. Valga aclarar que, desde el 4 de agosto de 2022, la primera vicepresidencia ha adquirido un mayor poder de negociación. El acuerdo de Mesa Directiva que lo dispuso fue firmado en ausencia de Wilmar Elera, quien fue forzado a renunciar a la tercera vicepresidencia tras conocerse que el Poder Judicial lo había sentenciado a seis años de prisión por colusión agravada.

Aprovechando el vacío de poder de entonces, la primera vicepresidencia se hizo del Fondo Editorial, lo que sumado al área de Participación Ciudadana le dio decenas de nuevos puestos de trabajo. Trascendió que, por ello, Waldemar Cerrón no estaría dispuesto a asumir la tercera vicepresidencia, que solo tiene la oficina de Enlace Ciudadano. Las sillas que le interesarían serían la primera o la segunda vicepresidencias.

Esta última maneja las oficinas de Relaciones Internacionales e Interparlamentarias, además de la oficina de Cooperación Internacional. Tras su abrazo con Maricarmen Alva, todo es posible.

LOS DOS WALDEMAR

Para entender al probable primer o segundo vicepresidente, Waldemar Cerrón, hay que leer a Waldemar Espinoza Soriano, quien definió la forma en que el cerronismo comprendió el Perú. El etnohistoriador cajamarquino fue vicerrector de la Universidad Nacional del Centro del Perú (UNCP). Y no solo fue muy amigo de Jaime Cerrón Palomino, recordado filósofo de la misma universidad. Tanto que en 1972 el profesor bautizó a su menor hijo en honor al historiador.

Waldemar Espinoza también fue “la persona que, por primera vez en el medio académico local, trató de la existencia de una ‘nación huanca’ debidamente consolidada en épocas preincaicas”, a decir del lingüista Rodolfo Cerrón Palomino, hermano de Jaime Cerrón. El destacado lingüista sanmarquino, por su lado, fue también él mismo una gran influencia intelectual para los hermanos. En su discurso de aceptación del grado de doctor honoris causa por la UNCP, el doctor Cerrón Palomino abordó la influencia intelectual de los Cerrón.

También le dedicó a su hermano muerto el epígrafe a la primera edición de ‘La lengua de Naimlap’ (PUCP, 1995). No es descabellado afirmar entonces que la base ideológica del ideario cerronista –incluso antes de la influencia cubana, pues Waldemar también viajó dos veces a Camagüey– se cimenta sobre una tríada conformada por los hermanos Rodolfo y Jaime Cerrón Palomino, y el historiador Waldemar Espinoza Soriano.

Todo el marxismo-cerronismo pensamiento huanca de los hermanos proviene de ahí. Y Waldemar Cerrón —quien ya tendría 70 votos— lo ha reafirmado al recordarles a sus bases su entraña marxista, leninista y mariateguista. Ya sabemos qué reeditará el próximo Fondo Editorial.

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