La médico Virgina Baffigo fue presidenta del Seguro Social de Salud.
La médico Virgina Baffigo fue presidenta del Seguro Social de Salud.

Francisco de Piérola

La expresidenta ejecutiva de estuvo en Perú21Tv para explicar la importancia de la vacunación y analizar el manejo de la pandemia.

¿Qué impresión le deja este primer año con respecto al manejo de la pandemia?

Las estadísticas nos demuestran que nuestro manejo ha sido penoso porque estamos lamentando la pérdida de vidas humanas. Todos sabemos que son como 100 mil las vidas que se han perdido. Muchas otras están sufriendo estrecheces económicas y penurias por otro tipo de patologías. Tener un tercer lugar en mortalidad en las Américas y segundo en casos habla por sí mismo sobre el manejo de la pandemia.

¿Cómo califica el manejo que se ha tenido del sistema de salud?

Desde el inicio de la pandemia sabíamos que el sistema de salud era muy débil. Por ejemplo, el solo tener 1.59 camas UCI por mil habitantes. Chile tiene 2 por mil habitantes. Canadá 2.7 por mil habitantes. En el Perú necesitaríamos incrementar las camas para recibir en condiciones regulares a los pacientes que están siempre en lista de espera para cirugías y tratamientos. Es una carencia ya conocida, lo que necesitamos es evitar que las personas se enfermen gravemente y que no lleguen a los hospitales. No tuvimos desde el principio una posición enérgica para ponernos un paso adelante del virus. Siempre estamos atrás y el virus llevando la delantera.

Virginia Baffigo: "La cuarentena es una decisión desesperada"
Conversamos con la especialista y expresidenta de EsSalud Virginia Baffigo.

Estamos en una segunda cuarentena por los picos de contagios. ¿Es una medida efectiva?

La cuarentena es una decisión desesperada al ver la mortalidad galopante, cruzar el umbral de los 200 fallecidos por día. Significa que estamos ante una creciente dificultad para contener el avance del virus. Esta medida desesperada no puede prolongarse más en el tiempo. No puede porque precisamente cuando las personas están en viviendas no sanitarias como son muchos inmuebles, con poca ventilación y sin acceso a agua potable, ese mismo lugar se convierte en un foco de expansión del virus. Lamentablemente una cuarentena con las condiciones de vida del peruano puede ser hasta peor que si las personas pudieran salir de manera protegida.

El personal de salud está muy golpeado. ¿Cómo revertimos esta situación?

Ya veníamos con una escasez muy grande de médicos. Solamente 1.3 por cada mil habitantes. Si nos comparamos con otros países de la región, Brasil tiene 2.2. Si nos queremos acercar a Brasil, tendríamos que conseguir 28 mil médicos. No es factible porque el sistema médico no nos trae tantos médicos al año. Se necesita incorporar el máximo número de médicos, pero además darles las prerrogativas que debe tener uno que ha estudiado para poder diagnosticar y curar. ¿Cómo es posible que médicos de primer nivel estén limitados para diagnosticar y prescribir?

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¿Por qué no puede?

Un médico general que ha estudiado 7 años no podría, por ejemplo, así viera que su paciente tiene problemas de la tormenta de citoquina o de coagulación por el COVID, no puede prescribir un anticoagulante porque la norma no lo faculta para eso. En el primer nivel de atención hay un determinado petitorio de medicamentos tan corto que el médico se ve frustrado por no poder hacer algo que sí podría hacer en su consultorio. Eso lo vemos en los centros de salud. El médico no puede, pero en su consultorio al frente sí puede.

¿Qué efecto va a tener la llegada de la vacuna?

Es de gran responsabilidad educar a las personas para que se den cuenta de que, si bien es cierto que tenemos un recurso valioso contra el COVID, no es lo único. Incluso las vacunas no libran a las personas de hacer una infección leve. El MINSA y las autoridades tienen que mejorar sus esfuerzos para llevar sus conocimientos en educación de salud. Si el país realizara una campaña educativa en pro de la salud respiratoria, no solamente nos libraríamos del COVID sino también reduciríamos las tasas de tuberculosis y otras enfermedades respiratorias. No necesitamos campañas grandes, sino el cara a cara que es más efectivo. Para eso necesitamos liderazgo. Llegar con un mensaje de educación para que podamos tener como resultado de este flagelo también un efecto positivo en otras enfermedades que son una vergüenza nacional como la tuberculosis.

Mucha gente se presenta reacia a vacunarse. ¿Qué mensaje le daría usted a esa parte de la población?

Esta desconfianza surge de la sobreinformación en las redes. Información que es incorrecta, indebida y mal informa a las personas. Hay mensajes que dice que cómo una vacuna se desarrolla tan rápido, desconfían de eso. La respuesta es que en este momento la ciencia, si hay recursos, sí puede poner una vacuna de alta calidad en un año. Si usamos ARN o ADN temen que se use lo que es el corazón del genoma de la vida, porque hemos estado en la capacidad de descifrar el genoma y gracias a eso podemos descifrar el genoma de cualquier ser vivo. Esto suena distante al conocimiento del común de la gente, pero se podría manejar de manera sencilla. Los expertos en comunicación pueden enviar mensajes sencillos y contundentes. Lo importante es que las vacunas, a lo largo de la historia, han servido para erradicar enfermedades. Si no hubiera habido vacunas para la viruela todavía estaríamos lamentando pérdidas por esta enfermedad. Las vacunas deben ser entendidas desde su complejidad para que las personas no tengan temores. Una persona deja de temer cuando alguien confiable le puede explicar de manera sencilla la razón de la vacunación.

¿Cómo califica la gestión de Fiorela Mollineli ?

No quiero restarle méritos a la señora Molinelli, pero quiero enfatizar en la tremenda fortaleza institucional (gerencia de operaciones) que cualquier líder desearía tener para poder responder, mejor que el sector público, en una circunstancia de este tipo. Esas fortalezas facilitan muchísimo el trabajo de hoy día.


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