Alejandro Toledo la pasó mal en la sesión de la Comisión de Fiscalización, no pudo despejar las dudas sobre su participación en las sospechosas compra de inmuebles de su suegra en Lima y encima no entregó los documentos que sustenten su defensa como prometió.
Sin embargo, el expresidente se retiró del Congreso como si estuviera en campaña política, con una portátil que lo esperaba en los exteriores del Legislativo con pancartas en mano y que coreaban la frase «Toledo dignidad».
Al líder de Perú Posible ningún periodista se le pudo acercar gracias a la diligente actuación de personal de seguridad del Estado.
Luego se subió al auto en el que llegó, salió por el Sunroof (techo corredizo) del vehículo y, ramo de flores en mano, empezó a saludar y hasta mandó besos volados a los ‘espontáneos’ que lo esperaban.
Cabe anotar que llamó la atención la cantidad de gente que pudo llegar hasta la puerta del Congreso, ya que usualmente la seguridad en el Parlamento es muy férrea, incluso hasta para los periodistas.
