Si relacionamos estos datos con lo publicado el jueves sobre la caída de la popularidad de Keiko Fujimori, vemos que la población reconoce el poder de ella a través de sus congresistas, pero también ve la contraparte. El costo político que eso ha tenido es perder popularidad, el apoyo de la gente, la simpatía.
Todos los que han perdido poder son ex presidentes, lo cual es normal. Fueron las personas más poderosas mientras estuvieron en el Gobierno. En el caso de Keiko Fujimori, sin haber sido presidenta o sin haber tenido ese poder formal, la gente se lo reconoce y cree que lo está perdiendo.
En algún momento, Nadine Heredia fue la más poderosa en el Perú, pero en las siguientes mediciones, siempre el poder lo ha tenido el presidente. La institución con más poder es el Congreso. Eso es sintomático y preocupante porque hay una percepción muy clara sobre el poder que ejerce Keiko a través del Congreso.