Tras ser censurado por el Congreso, el exministro de Educación, Jaime Saavedra, traspasará su cargo esta tarde a su sucesora, Marilú Martens, quien jurará como nueva encargada de una de las carteras más importantes del país.
Por eso, Saavedra publicó sus últimas palabras en una columna en el diario El Comercio titulada 'Sigamos aprendiendo' en la que hace un repaso por su trayectoria en el cargo público.
Esto fue lo que consideramos más importante de sus palabras. Para Jaime Saavedra el reto más grande que tuvo que enfrentar al asumir el cargo de ministro de Educación fue demostrar que una reforma de la educación era posible.
Saavedra relata que cuando comenzó a trabajar como ministro le decían que "este sector tenía muchos frentes, que era complejo, que era imposible lidiar con sindicatos a los que solo les interesaban sus beneficios económicos".
Por eso, escribió, la primera tarea —demostrar que lo imposible es posible— fue, quizá, la más difícil. "La excelencia en educación requiere entender que la calidad del sistema depende de la calidad de los maestros", dice Saavedra. Por eso, explica, en los países desarrollados los profesión docente es la más valorada, "y a eso debemos apuntar".
"Si bien se ha avanzado en implementar la meritocracia y en incrementar las remuneraciones, falta continuar ese proceso y seguir dando las señales de que la carrera docente es exigente y difícil, y avanzar en la reforma en la formación de nuestros nuevos maestros". Para Saavedra la educación es la principal herramienta de transformación personal y como sociedad.
"Los miles de jóvenes que han marchado hace unos días la tienen clara. Y como sociedad, tenemos que aprender permanentemente", aseguró.