El ex presidente Alan García acabó con su vida de un disparo en la cabeza, el último miércoles. Transcurría las 6:31 de la mañana, cuando los agentes de la PNP escucharon un balazo al interior de la habitación del ex mandatario, según Cuarto Poder.
Previamente, el ex líder aprista había pedido al fiscal ir a su dormitorio para hacer una llamada en medio del allanamiento y orden de detención preliminar en su contra.
Estaba vestido con prendas oscuras y lucía calmado durante los 23 segundos que conversó con la autoridad judicial. Tras el permiso que le dio el fiscal, y antes de subir las escaleras con prisa, se lleva la mano al pecho, parece tomar aire y ya en la última grada para ingresar a su cuarto, empuña un arma que extrajo del bolsillo derecho de su pantalón.
El arma empuñada es visible solo por unos segundos.
Los efectivos policiales le siguen a su habitación, pero este ya se había encerrado. Hablaba con alguien sobre la detención preliminar para cuando ocurrió el hecho que conmocionó al Perú y al mundo: su suicidio.
La PNP tumbó la puerta de su cuarto y el panorama hallado fue desolador: el ex jefe de Estado estaba tirado en el piso tras su fatal decisión. Todo transcurrió en ocho minutos para cuando la Policía emprendió una rápida intervención al trasladarlo al hospital Casimiro Ulloa de Miraflores, donde pese a los esfuerzos de los médicos, falleció.