Para quienes hoy cifran los veintitantos años el o inmovilización social obligatoria que ha puesto en práctica el gobierno desde el último miércoles es un acontecimiento sui géneris, excepcional, inquietante y novedoso. Pero para las generaciones anteriores, el término no solo resulta familiar y cercano sino que trae el recuerdo de las fiestas de los ochentas, esas que se celebraban “de toque a toque” porque las restricciones se imponían para salir a las calles pero no para reunirse en casa, y si era con baile y música, pues mucho mejor.

“Tenemos una larga historia con los toques de queda. En muchos momentos diversas generaciones, las que tienen ahora en promedio veintitantos años no lo han vivido, pero la historia del toque de queda tiene por lo menos 40 años en el Perú, desde los años 70, y ya antes, durante La Colonia, se aplicaban restricciones”, sostiene Jesús Cosamalón, doctor en Historia, docente y coordinador de la Maestría en Historia de la Pontificia Universidad Católica.

DESDE LA ÉPOCA COLONIAL

En diálogo con Perú21, el experto rememoró que incluso desde la época colonial ya se imponían restricciones similares al toque de queda de nuestros tiempos. No tenían ese nombre y no se aplicaban para todos los grupos.

“La idea de restringir la salida de un grupo en particular por razones de seguridad es muy antigua, desde la época colonial. Se impedía en las ciudades la circulación de algunos grupos por su clase social o incluso el color de piel; eran considerados peligrosos. (...) Cuando había rebeliones o movimientos sociales se solían aplicar estas restricciones impidiéndose que los esclavos transiten por las calles a determinadas horas o que porten armas que no eran sino cuchillos que en realidad utilizaban como instrumento de trabajo”, explica Cosamalón.

A partir de ello, reflexiona que quizás la diferencia, hasta cierto punto, es que el toque de queda de nuestros tiempos resulta ser “más democrático en el sentido de que se aplica a todos por igual" bajo la premisa de que no hay diferencias entre los ciudadanos ante la ley.

EN LA REPÚBLICA

Ya en La República, el Perú ha experimentado en distintos tiempos el toque de queda. “La primera vez que se aplicó fue en el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado, el 5 de febrero de 1975 por el saqueo ocurrido durante la huelga policial, y a partir de ahí en distintos años hasta los 80 como una forma de contener las protestas sociales y para evitar que se amplíe el descontento social”, señala el historiador.

“Se trató de una medida de control más política y no de seguridad ciudadana en materia de salud, como lo es ahora, que lo que se busca es evitar la propagación de una enfermedad”, apunta.

Pero también en el primer gobierno de Alan García y en respuesta a la arremetida violentista de Sendero Luminoso se impusieron las restricciones. “Fue para evitar los atentados urbanos no solo en Lima sino también en las ciudades del interior donde se registraban ataques nocturnos”, recuerda Cosamalón.

“No solo fue el toque de queda sino toda una cantidad de restricciones como el bloqueo de calles, la prohibición de pasar por delante de una comisaría. Fue una cuestión más destinada a aumentar la seguridad, sobre todo de las instituciones públicas como comisarías, ministerios, etc. No necesariamente detuvo las acciones terroristas, porque hubo varios atentados importantes como el del coche bomba en la calle Tarata de Miraflores. Probablemente la medida tenía que ver más con evitar que la policía actúe de noche, que se desgaste y permitir que pueda recluirse y protegerse”, manifiesta.

Mirando en retrospectiva, el historiador apunta que la declaratoria del estado de emergencia en el país y la aplicación del toque de queda “pasaron a ser parte de la vida cotidiana” y la gente adecuó su modo de vida a estas pautas. “No es como ahora que se espera que se revierta en cuanto la situación de salud mejore. Las medidas, sobre todo en época de violencia subversiva, duraron meses y la gente aprendió a convivir con ellas, hasta las costumbres de diversión, fiestas, etc. se adecuaron a eso. (...) Hubo restricciones para transitar pero se permitían las reuniones en casa. Nos acostumbramos a vivir con el toque de queda que, entre comillas, era una situación anómala pero por la violencia se convirtió en cotidiana”, reseñó.

Hoy, los peruanos vivimos una experiencia diferente de la que depende la vida de todos.

Ver Toque de queda en el Perú: ¿Cuántas veces vivimos una situación así en nuestra historia?