Susana Villarán de arriba a abajo. (GEC)
Susana Villarán de arriba a abajo. (GEC)

No quiere dar entrevistas. Su familia, la acompaña en esta especie de autoencierro donde evita a la prensa y a los curiosos hasta que la justicia resuelva cómo y de qué va a acusarla. Es considerada la autoridad edil más corrupta de las cinco últimas gestiones en la capital (Datum, enero 2019).

Mientras, los amigos -de toda condición- ya se están organizando para lo que juzgan inevitable: visitarla en la cárcel. En cualquier momento podrían detenerla. Su refugio, como siempre ha sido, es la religión.

"SALTO MORTAL"

La primera alcaldesa de Lima elegida democráticamente, es la activista que se alejó de casa antes de los 18 años para pelear por sus ideales. La misma que en su última participación en política rompió todos los esquemas: ¿Cómo entender ese “salto mortal”? Pasó de la lucha a favor de los derechos humanos, a acompañar la fórmula que encabezó brevemente Daniel Urresti a la presidencia en 2016.

Susana Villarán postuló a las elecciones generales por el Partido Nacionalista de Ollanta Humala, a quien ella misma había denunciado en 2006 por la desaparición de personas en Madre Mía. ¿Por qué opta por el partido de una persona acusada de asesinatos y por la lista del único candidato procesado por una ejecución extrajudicial?

Joven y creyente, mudó sus distinguidas raíces, aseguran que sin olvidarlas, hasta una de las barriadas más pobres de Lima. Se separó así de su familia, aunque dicen los que la vieron crecer, que “lo hizo sin despotricar”. Buscaba afirmarse en lo que ya predicaba, que en el Perú las cosas debían y podían enrumbar al socialismo.

Inició su militancia en grupos católicos y sentía que tenía cierto poder para transformar las cosas de manera pacífica. ¿Cómo entonces terminó siendo la protagonista de campañas, ahora bajo sospecha fiscal –Revocación 2013 y Municipales 2014? ¿Hubo sobornos o irregularidades en los contratos y adendas suscritos con Odebrecht y OAS durante su gestión?

A partir de una docena de testimonios de amigos, familiares, examigos y excompañeros políticos -decepcionados casi todos, eso sí- intentamos aproximar respuestas a estas preguntas.

PRESENTE. Tiene sus bienes congelados, orden de comparecencia e impedimento de salir del país. (GEC)
PRESENTE. Tiene sus bienes congelados, orden de comparecencia e impedimento de salir del país. (GEC)

PRECARIZACIÓN ÉTICA

Cumplirá 70 años, tiene cinco hermanos, tuvo tres hijos y se hace cargo de algunos de sus nietos. Entre los entrevistados, todos coinciden en que “ahora vive sin un centavo”. Algunos ensayan razones para explicar su accidentada trayectoria y señalan que mucha de la dificultad para entender a Susana deriva del hecho de que “llegó a tener poder político medio de casualidad”, sin embargo la reconocen como “una mujer de terreno”.

Quienes la vieron crecer lejos de su familia se sorprendieron cuando “en su primer discurso en el Municipio mostró orgullo al ocupar el cargo de un antepasado suyo: Toda un Villarán de la Puente”. Por eso tal vez, otros observan que “nunca logró integrar lo que pensaba, con la realidad en la que creció”. Al punto que, algún excompañero político asegura que, cuando era alcaldesa “intentaron desrojizarla”. Como resultado, opinan, llegó “la precarización ética de Susana”.

PERSONALIDAD MÚLTIPLE

La opinión de un amigo suyo en particular, es que “Susana tiene una personalidad múltiple y ni siquiera ella misma ha logrado incorporar aspectos distintos de su vida”.

No revelaremos aquí nombres, porque así lo prefieren los consultados. Todos, con mayor o menor desconcierto y desánimo, buscaron explicar cómo cambió tanto su discurso

Nació rodeada de mujeres de la alta sociedad limeña, con un sentido caritativo ejemplar. La fundadora del “Hogar de la Madre” fue su tía bisabuela y su propia madre continuo con la tarea. En el colegio ‘Sagrado Corazón - Chalet de Chorrillos’ Susana era más bien de perfil bajo; no obstante, en la adolescencia comenzó a mostrar cierto liderazgo. El matrimonio con el dirigente de izquierda marxista, Manuel Piqueras Luna, al poco tiempo de terminar sus estudios escolares, fue determinante en su transformación, según explican.

Los primeros años de casada se dedicó a sus hijos, pero cuando llegaron los 90, los políticos que habían tenido protagonismo hasta entonces pasaron a un segundo plano, incluido el ex diputado Piqueras, su esposo. Entonces, “Susana forjó pronto una voz en el mundo de los derechos humanos y se desenvolvió con naturalidad y soltura”.

Pronto llegó a la Secretaría Ejecutiva de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) y con Valentín Paniagua tuvo el encargo de ser Ministra de la Mujer. Varios soñaban con tener ese carisma en sus filas y no fueron pocos los esfuerzos por construir coaliciones en la izquierda donde Susana asomaba con potencial para reunirlos y hasta representarlos. Sin embargo, algo siempre la hacía retroceder.

Impulsó procesos unitarios que fracasaron en 2003, 2006 y hasta en 2010 cuando ganó sorpresivamente la alcaldía con 38% de los votos (más que Alfonso Barrantes en 1983), en parte por el pacto que hiciera Fuerza Social con el resto de la izquierda. Nadie pensó que ganaría, ni siquiera sus compañeros de ruta. Pero Alex Kouri, el favorito de la carrera, quedó fuera y Lourdes Flores cayó ‘de bombo’ tras menospreciar en alta fidelidad, el sillón municipal. A pesar del triunfo, una vez más, terminó alejándose de la izquierda y así lo sintieron sus socios políticos.

TORPEZAS POLÍTICAS

Se distanció a través de una carta que publicó antes de asumir el cargo, desde Madrid. Le llamaron “la carta bomba”. En ella rechazaba de plano a quienes suscribieron el pacto de izquierda que la ayudó a llegar a la alcaldía de Lima.
Durante su primer año, a la vez que ocurrían la reforma del transporte y el traslado a Santa Anita del Mercado Mayorista, entre otros cambios, Villarán era cuestionada por actitudes o gestos que fueron calificados de ‘torpezas políticas’. Entre ellas criticar al Cristo del Pacífico o al Tren Eléctrico, porque “divide poblaciones como el Muro de Berlín”. Prácticamente con cada acto suyo, el respaldo ciudadano se perdía, como la arena que Odebrecht llevó en camionadas hasta La Herradura.

En esos tiempos, la Chalina Verde dejó de verse en los arenales de Lima y su equipo le recordaba: “lo popular también existe”, pero ella, sobre todo asistía a reuniones con empresarios y veía directamente los proyectos para Lima. De todas formas, su mayor despropósito fue enfrentarse directa y personalmente a su antecesor, Luis Castañeda Lossio. “Fue un ataque un ataque político en plena campaña presidencial; una conferencia de prensa donde cuestionó al candidato ganándose no sólo un enemigo activo, sino resintiendo al 27% que había votado por ella, pero confiaba en él”.

Subestimaba la amenaza de una revocación, pero pronto se reunieron las firmas requeridas y comenzó una batalla que detuvo y polarizó Lima durante el segundo año de su mandato. “Entonces se cortó la colectividad”, apunta un ex integrante de su equipo y continúa: “en enero del 2013 llegó Luis Favre y todo comenzó a hacerse en secreto. Sólo en la primera reunión con el equipo del ‘No’, el publicista dijo: ‘las campañas no son asambleas’. Nunca más volvimos a juntarnos”.

Mientras Villarán luchaba por quedarse como alcaldesa, aseguran que su equipo se redujo: “Iba con José Miguel Castro [exgerente general municipal] a todas partes a partir del proceso de revocación”. Varios entrevistados describen a este último con dureza, atribuyéndole desde pedantería hasta oportunismo. “Llegó al entorno de Susana por su padre, que era un hombre de izquierdas, pero él no tenía convicciones ni ideología”, comenta uno de ellos.

RUTA DE PESADILLA

Si bien el triunfo del ‘No’ le permitió a Villarán acabar su periodo en la alcaldía, perdió 21 regidores, más de la mitad del concejo original. Lo que para ella era una victoria desbordante, a otros les daba pistas de que “había perdido la perspectiva y el contacto con la realidad”. Aún así, no fue hasta 2017 que se inició una auténtica ruta de pesadilla sobre casi toda su trayectoria pública.

En mayo de ese año, las investigaciones periodísticas dieron cuenta de que autoridades fiscales brasileñas obtuvieron documentos del Departamento de Operaciones Estructuradas (Caja 2) de Odebrecht, revelando dos sobornos por un total de U$ 711,000 que estarían vinculados a la concesión “Rutas de Lima”.

Seis meses después se supo que Jorge Barata había declarado frente a los fiscales brasileños en diciembre de 2016: José Miguel Castro, mano de derecha de Susana, le habría pedido un aporte U$ 3 millones para la campaña del ‘No’. Una solicitud reiterada telefónicamente por Villarán como algo “necesario para la continuidad”, según manifestación de Barata.
Casi en paralelo, se conoció el testimonio de Valdemir Garreta, dueño de FX Comunicación a cargo de la campaña del ‘No’, quien precisó el detalle del dinero que habría recibido mediante un esquema de lavado: U$ 2 millones por cuenta de Odebrecht (no tres como se le solicitó a Barata) y U$ 1 millón por parte de OAS, constructora encargada de la concesión Línea Amarilla (Vía Parque Rímac). Ante fiscales peruanos, Garreta detalló que sostuvo una primera reunión para la campaña del ‘No’ en enero de 2013, en la que participaron Luis Favre, José Miguel Castro y Susana Villarán. Nadie más.
En abril de 2018, los domicilios de Villarán y Castro fueron allanados por mandato judicial y en julio el Ministerio Público formalizó una investigación preparatoria en su contra por los presuntos delitos de cohecho pasivo propio, negociación incompatible y lavado de activos.

¿MORAL INTACHABLE?

Sólo por el ‘caso Revocación’ Susana Villarán tiene los bienes congelados, orden de comparecencia restringida e impedimento de salida hasta marzo de 2019. Sin embargo, está involucrada en tres investigaciones fiscales más: Rutas de Lima, Reelección 2014 y Línea Amarilla-OAS (Lamsac).

Para uno de los políticos más cercanos a su carrera: “Siempre hay en ella el tema de una clara superioridad moral, lo que la puede llevar a creer que el fin justifica los medios”. Incluso, uno de los consultados considera que tal vez fue demasiado idealista: “Susana tenía mucha ilusión en que habían empresas brasileñas ligadas a ‘Lula’, que no eran corruptas y que podían ayudarla. Desde su punto de vista, quiero pensar, que ella creía que recibiría un impulso político y no uno empresarial”.

No todos piensan igual. Algunos creen que “la ambición fue mayor que sus principios éticos”. En lo que sí todos los entrevistados coinciden es en lo inexplicable que fue su aparición junto a Daniel Urresti en la plancha presidencial nacionalista: “¿Acaso sabía que necesitaba inmunidad para lo que vendría?” “¿Cuánta desesperación hubo en esa decisión?”.

La actual ronda de confesiones de Odebrecht incluye los casos donde Susana Villarán de la Puente está implicada. Lo que en estos días se conozca puede ser determinante para su suerte judicial, acaso la última estación antes de lo que anticipan sus familiares: “Más temprano que tarde, es muy posible, que Susi pase un período tras las rejas”.

FICHA

Susana Villarán de la Puente - 16 de Agosto 1949

1995 – Secretaría Ejecutiva CNDDHH
2001 - Ministra de la Mujer –Gobierno de transición de Valentín Paniagua
2002 – Primera Defensora de la Policía Nacional del Perú
2006 – Candidata Presidencial por la Alianza Concertación Descentralista
2010 – Alcaldesa de Lima Metropolitana
2014 – Candidata a la Reelección Municipal por Dialogo Vecinal
2016 – Candidata a la Vicepresidencia por el Partido Nacionalista (PN).

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