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Redacción PERÚ21

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La izquierda busca el Gobierno Central. Para ello, Gregorio Santos (MAS), Verónika Mendoza (Nuevo Perú), Zenón Cueva (Firme) y Vladimir Cerrón (Perú Libre) se reunieron ayer en Huancayo en lo que llamaron la “Cumbre de los Líderes del Pueblo”.

A pesar de la invitación y el anuncio de su participación, Walter Aduviri (Mi Casita), gobernador de Puno, fue el gran ausente.

Aun así, los objetivos son claros según un comunicado: refundar la izquierda y construir una nueva Constitución. La gran pregunta es si esta vez este campo político, representado en diferentes vertientes, logrará proponer una plataforma cohesionada bajo un solo liderazgo que los lleve a presentar candidatura presidencial atractiva y con posibilidades en 2021.

Un análisis de la movilización conseguida en anteriores comicios, tanto regionales y presidenciales, puede dar como resultado una base de proyección para las aspiraciones zurdas.

"LOS LÍDERES DEL PUEBLO"

Vladimir Cerrón tiene experiencia política. Ha ocupado el cargo en 2006 y postuló a la Presidencia de la República en 2016, pero sus ímpetus se vieron frustrados, por lo que se retiró de la contienda. Su partido, Perú Libre, volvió a llamar la atención cuando convocó a Ricardo Belmont para candidato a la alcaldía de Lima. El fracaso de la campaña edilicia limeña no empañó la victoria regional en primera vuelta como gobernador en Junín. Logró el 36.8% de los votos válidos.

Este mismo año, Zenón Cuevas, juramentó como presidente regional de Moquegua, con el respaldo de 41.9% de votos válidos. Al líder de la violenta protesta en contra de la actividad minera en 2008, denominada ‘Moqueguazo’, también le bastó solo un round electoral para acceder al cargo regional que una vez ocupara Martín Vizcarra.

Por su parte, Walter Aduviri logró un arrollador resultado en Puno en primera vuelta. 43.5% de los votos válidos le dieron la gobernación altiplánica a quien, parte de la campaña, estuvo clandestino por una condena de siete años por ser el autor mediato del delito contra la tranquilidad pública -por el caso ‘Aymarazo’ de 2011. La Corte Suprema anuló el juicio para que nuevamente sea revisado, habilitándolo para el proselitismo electoral.

Gregorio Santos, ex gobernador de Cajamarca, no logró entregarle la posta al candidato de su partido MAS, pero dedica su tiempo a viajar al interior del país con la firme intención de ganar adhesiones. Además de su natal Cajamarca, en las últimas semanas ha realizado actividades en Puno, Arequipa y ahora Junín. Su participación en la campaña presidencial de 2016 le dio un 3.9% de voto, cifras que resultan nada desdeñables si se tiene en cuenta que su campaña la realizó desde la cárcel cumpliendo prisión preventiva en medio de una investigación de lavado de activos.

Finalmente, como se sabe, Verónika Mendoza logró un 18.7% en la primera vuelta de las elecciones presidenciales pasadas. Analistas coincidieron en que los votos de Gregorio Santos hubiesen sido esenciales para que Mendoza pasase a segunda vuelta.

¿A PALACIO?

En resumen, se trata de líderes con envidiables caudales electorales –los “regionales” ganaron en primera vuelta y los “nacionales” ya con una campaña presidencial.

Desde el punto de vista de los números, la unión podría hacer la fuerza. Sin embargo, las discordias, los afanes protagónicos, las posiciones programáticas y la temperatura que estos líderes le impriman a su ideología definirá si estamos ante una fuerza nacional que vuelque al país al socialismo o si seremos testigos –nuevamente– de otro intento fallido de unidad.

Políticos que saltaron de las protestas sociales a gobiernos regionales y ex candidatos a la presidencia que buscan fortalecer su caudal electoral.
“Se trata de líderes con envidiables caudales electorales. Tres de ellos –Mendoza, Santos y Cerrón– cuentan con campañas presidenciales”.

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