Raúl Ferrero Costa (Perú21)
Raúl Ferrero Costa (Perú21)

Como senador por el Frente Democrático (Fredemo), vivió la experiencia de un Congreso bicameral entre 1990 y 1992, año en que fue defenestrado por el autogolpe de Alberto Fujimori. Veinticinco años después, el constitucionalista defiende el sistema de doble cámara y asegura que su aplicación permitiría contar con un mejor Parlamento.

¿Es necesario crear una segunda cámara legislativa?
Siempre hemos defendido la conveniencia de un Parlamento bicameral porque ahí donde funcionan los sistemas democráticos existe una segunda cámara o Cámara de Senadores que actúa como revisora de la calidad de las leyes y le da equilibrio democrático al buen trabajo del Parlamento. Los países que tienen una sola cámara son aquellos de escasa población, que no llegan a los 10 millones de habitantes.

¿Qué mejora con un sistema bicameral?
Dos cosas funcionan mejor: primero, la calidad de las leyes, que son propuestas por una primera cámara y están sujetas a una revisión de la segunda cámara. Eso permite que en el ínterin se produzca lo que es indispensable en la producción legislativa, que es la participación de la opinión pública expresando lo que piensa y contribuyendo a la mejora de los proyectos aprobados.

Para garantizar esa etapa reflexiva, se creó un mecanismo de segunda votación de los proyectos, que aparentemente no ha funcionado.
No ha funcionado porque son las mismas personas las que tienen que revisar su propio trabajo, mientras que, cuando hay una segunda cámara, como el Senado, no es una segunda votación, sino una revisión de lo aprobado por la primera cámara. Eso permite corregir los errores que se hayan podido cometer, perfeccionar la legislación y recoger la opinión pública en su revisión entre una y otra cámara.

Uno de los argumentos que esgrimió Fujimori cuando cerró el Parlamento fue que la doble cámara generaba retraso en la aprobación de normas. ¿Se corre ese riesgo?
No, eso no es cierto porque, cuando él pidió facultades delegadas al Congreso, se le otorgaron en los cuatro temas que había solicitado, que eran el económico, pacificación y terrorismo, promoción del empleo y otro, que señaló como urgentes. Con eso pensamos que el Ejecutivo se dedicaría a producir la legislación necesaria, pero él prefirió no hacer eso y dar el golpe de Estado que sorprendió a todos.

Ud. señaló un beneficio adicional de una segunda cámara, además de permitir mayor reflexión y prolijidad de las normas.
Promueve el mejor funcionamiento del sistema democrático. Los países que tienen una sola cámara son muy pequeños o muy grandes y solo usan al Parlamento para convalidar decisiones ya tomadas. En tercer lugar, la segunda cámara es mucho más de reflexión de lo que pudiera haberse hecho sin una debida meditación.

Otra objeción que se esgrime es el costo que implicaría.
No es verdad que una segunda cámara cueste más, porque después de cerrado el Parlamento, en 1992, el Congreso Constituyente Democrático que se constituyó después costó más que el que se canceló rompiendo el orden democrático.

¿La fórmula planteada de 30 senadores y 100 diputados garantiza representatividad?
Hay que ver qué tipo de representatividad se quiere. Los congresos del Perú han sido bicamerales en su mayoría; la Cámara de Diputados recogiendo distintas representaciones de las provincias y la de senadores con representación nacional, como fue en el año 90.

¿Es adecuado abordar este tema cuando tenemos un Parlamento desacreditado?
Todo momento es adecuado para corregir las cosas que no están funcionando bien. No hay democracia sin Congreso, así de simple.

Se ha aprobado en el Congreso dejar a los movimientos locales fuera de las próximas elecciones ediles y regionales. ¿Qué opina usted?
A mí no me gusta eso, no me parece. Los movimientos locales son importantes porque recogen los problemas del día a día; al contrario, deben ser tomados en cuenta. Hay que ver cómo se formalizan, pero sin requisitos exagerados, que sean más de índole formal que de fondo, no se pueden descartar.

¿De aprobarse la norma, debería aplicarse para 2018, cuando hay movimientos que ya compraron sus kits electorales?
Es un tema delicado, porque hay derechos adquiridos. Hay que tener mucho cuidado en no perjudicar a la gente que más interés ha tenido en participar. Hay que fortalecer a los partidos políticos, pero no se debe descartar a los movimientos locales. Eso es la democracia, no imponer los criterios de un solo sector, sino recoger los criterios de todos.

¿Y qué le parece la norma que obliga a los parlamentarios que renuncian a sus grupos de origen a agruparse en una bancada mixta?
No me parece que ayude al mejor funcionamiento del Congreso que las personas que piensan distinto o que, pensando igual, tienen un partido que toma una dirección distinta no tengan alternativa de separarse; eso existe en todos los parlamentos. La libertad de pensamiento y acción política se deben mantener.

Autoficha

- “Fui decano del Colegio de Abogados de Lima y senador entre 1990-92. Ejerzo la cátedra universitaria desde 1972 en Derecho Civil y desde 1992 también Derecho Constitucional. Tras el autogolpe, mis alumnos casi me exigieron que enseñe ese curso a raíz de la experiencia”.

- “La senaduría fue una estupenda experiencia que desgraciadamente se frustró por razones ajenas al Congreso, por la influencia del Servicio de Inteligencia que promovió la ruptura del orden democrático que finalmente hizo el gobernante de entonces”.

- “Creo que los peruanos nos hemos dado cuenta de que eso (el autogolpe) frustró el desarrollo democrático del país. Esa mala experiencia y esos malos ejemplos nos pueden servir para corregir los errores. Todo país debe aprender de sus errores y acá se cometieron muchos”.