¿Por qué es tan apetitoso para el IPD el millonario presupuesto del Legado?

Incapaz de mantener importantes escenarios deportivos a su cargo y con una pobre ejecución presupuestal, el ente rector del deporte se alista a administrar los recursos y el dinero de un impecable proyecto que acaba de eliminar el Gobierno, bajo la sombra de los ‘Waykis’.

Fecha de publicación: 14/02/2025 4:18 am
Actualización 14/02/2025 – 11:49

Si desatender la infraestructura que tiene a su cargo o dejar de ejecutar el total del presupuesto que se le asigna, fuesen disciplinas deportivas, el Instituto Peruano del Deporte (IPD) ya habría ganado muchísimas medallas.  

El Proyecto Especial Legado ha quedado extinguido. Todas sus funciones, todos sus recursos, las sedes deportivas que supo mantener de manera impecable y sus más de 139 millones de soles de presupuesto serán administrados dentro de muy poco tiempo por una entidad que prefirió que crezca maleza en lugar de césped en el estadio Miguel Grau de Piura, y que cedió en uso el estadio Elías Aguirre de Chiclayo, abandonado por falta de mantenimiento, al Gobierno Regional de Lambayeque.

Los casi 370 millones de soles que supondrá la realización de los próximos Juegos Panamericanos Lima 2027 también entrarán a las arcas del IPD, una entidad que solo desembolsó el 54.5% de su presupuesto para proyectos de inversión en 2024.

El año pasado a esta institución se le asignó para estos proyectos un Presupuesto Institucional de Apertura de S/3’412,531. Sin embargo, dicho monto bajó en el Presupuesto Institucional Modificado (PIM) a S/1’743,594.

Pese a esta reducción, y de acuerdo con el portal de Consulta Amigable del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), solo registró una ejecución del 54.5% del PIM, es decir que casi la mitad no se invirtió.

Es probable que la distribución presupuestaria que se asignaba a Legado sufra modificaciones en este proceso. Se desconoce cómo se gestionarán a partir de ahora estos recursos, en una entidad en la que, según investigaciones fiscales, se habría jugado otra clase de partidos que tendrían como figura principal a Nicanor Boluarte, el hermano de la presidenta de la República quien ayer con su firma certificó el acta de defunción de Legado en las normas legales del diario oficial.

Y es que si hay una institución del Estado donde el otrora prófugo hermano presidencial impuso su poder con descaro, esa fue el IPD.

Las fiscales a cargo del sonado caso Los Waykis en la Sombra, donde se acusa a Nicanor de ser uno de los cabecillas de una organización criminal que usó el Estado para beneficiarse, han recogido varios testimonios que incluyen confesiones de colaboradores eficaces que aseguran que el hermanísimo colocó de manera irregular a personas de su confianza en el aparato estatal.

 

PRIMER COPAMIENTO

Uno de esos colaboradores narró con detalle cómo el exjefe del IPD, Guido Flores Marchan, fue designado gracias al poder de Nicanor. Según el testimonio recogido, la designación de Flores fue pura ‘pantalla’.  

El hombre que realmente operó dentro del IPD, entre 2022 y 2023, a nombre de Nicanor Boluarte, fue Víctor Hugo Torres Merino.

Este personaje, otro de los investigados por la Fiscalía en este caso, es el ‘primo’ de los hermanos Boluarte. Se decían así de cariño porque crecieron juntos en Apurímac. Según un colaborador iba a ser nombrado presidente del IPD, pero no cumplía los requisitos. Era profesor en su propia escuela privada en Ate Vitarte y su poca preparación profesional hizo que Boluarte cambiara sus planes iniciales y designara en la presidencia a Flores Marchan.

El poder del ‘primo’ quedó en evidencia cuando las cámaras del dominical Panorama lo grabaron ingresando y saliendo de las instalaciones del IPD sin registrar sus visitas. Incluso se mostraron fotografías de reuniones institucionales entre el paisano de los Boluarte y Flores Marchan.

Ahí no queda todo: denuncias periodísticas evidenciaron que varios trabajadores del IPD eran del entorno de los primos Nicanor y Víctor Hugo. El año pasado se mostró cómo un trabajador del colegio particular de Torres Merino fue contratado en la institución que ‘dirigía’ Flores Marchan.  

 

MÁS ‘WAYKIS’ EN EL EQUIPO

Al saltar a la luz el caso Waykis en la Sombra, el señalado por un colaborador como presidente de ‘pantalla’ del IPD se vio obligado a renunciar, por lo que tuvo que comunicar su decisión al Ministerio de Educación, que por ese entonces ya era dirigido por Morgan Quero, asesor presidencial de Dina Boluarte e íntimo amigo de Nicanor.  

Luego, el escudero de la mandataria designó a Federico Tong Hurtado al frente de esta institución, quien ahora tendrá entre sus manos, listas para administrar, los apetitosos millones de soles que heredará de Legado y que serán transferidos a las cuentas del siempre sensible IPD.

En septiembre último, durante la audiencia de prisión preventiva contra los implicados en este caso, la fiscal Melissa Angulo señaló que Nicanor Boluarte condicionó la designación de Flores Marchan como jefe del IPD a cambio de que este apoye a su partido Ciudadanos por el Perú.

Para la integrante del Equipo Especial de Fiscales contra la Corrupción del Poder la intención del hermano presidencial era copar esta institución estatal con personas allegadas a él.

El IPD corre solo esta carrera, con más infraestructura y suculentos millones de soles más por administrar. 

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