Cambios PNP: Miguel Hidalgo desde las sombras

En conversación con Perú21, Hidalgo confirmó tener contacto con Gallardo para brindarle sus opiniones sobre distintos temas del sector. “Como excomandante general de la Policía, estoy en la obligación de aportar ideas y conceptos que no son vinculantes y que podrían ayudar; lo he hecho con el general (César) Cervantes y con todos los comandantes generales, desde el punto de vista de mi experiencia”, aseveró.

Asimismo, Hidalgo resaltó que su trayectoria lo respalda para aportar su “experiencia” para ayudar a su “institución desde afuera, si así lo consideran los que la comandan hoy”.

Tanta es la confianza entre Gallardo e Hidalgo que este último confirmó que el pasado lunes dio una charla de realidad nacional a los 25 generales recién ascendidos.

“A todos los coroneles que ascendieron a generales les di una cátedra; ha sido una charla muy bien dada para que ellos tengan una información mucho más clara y amplia de escenario que se están viviendo en el país”, manifestó.

Según fuentes de este diario, Gallardo presentó a Hidalgo con el presidente Pedro Castillo el 6 de diciembre durante la ceremonia por el Día del Policía. Luego, el 18 del mismo mes, Hidalgo se reunió con el mandatario en Palacio por casi dos horas.

Al respecto, dijo lo siguiente: “He mantenido una visita de carácter profesional y personal, ha sido una conversación amplia donde se han tratado diversos temas desde mi punto de vista en narcotráfico, crimen organizado, seguridad pública, conflictos sociales y la participación de extranjeros en delitos”.

De acuerdo a las fuentes, Hidalgo se ofreció para ser ministro del Interior.

En la PNP andan incómodos con las decisiones de Javier Gallardo desde que el 3 de setiembre salió publicada una resolución suprema en la que este reconoció que bajo su gestión la Policía no tenía capacidad para mantener el orden interno ante las organizaciones criminales.

Gallardo fue el que requirió la intervención de las Fuerzas Armadas para que apoyen con el patrullaje en las calles de Lima y Callao alegando que el crimen sobrepasó “la capacidad operativa” de su institución.