El miércoles de la semana pasada, el ex presidente Alan García se dio un disparo en la sien durante su detención preliminar en el marco de las investigación del caso Odebrecht del que era objeto por parte del Ministerio Público.
El fiscal y los efectivos de la División de Investigaciones de Alta Complejidad (Diviac de la PNP) llegaron a la residencia del ex jefe de Estado en Miraflores para realizar el procedimiento que acabó en ocho minutos que se tomó el ex líder aprista para bajar las escaleras, conversar con ellos y subir a su habitación para poner fin a sus días.
En medio de la consternación nacional y mundial, muchos se preguntan si la PNP pudo evitar que el ex mandatario se disparara. José Luis Lavalle, director de la Policía Nacional del Perú, absolvió la consulta a Cuarto Poder.
"Una intervención en una escalera es la más complicada, esta tiene que ser con pausa y control... de pronto hay gente que se equivoca, y dice que debieron aprehender (a Alan García), pero los procedimientos y las normas no lo aconsejan...y ahora ratificamos que fue la mejor forma de acción. Si el policía hubiera usado la fuerza, hubiera lamentado un daño mayor", expresó Lavalle.
A través de información proporcionada por SUCAMEC, se había determinado que García Pérez poseía 5 armas que figuraban como robadas, y otras 4 en posesión, 3 de las cuales eran pistolas y un revólver Colt.
Pero el representante de la Policía agregó además que los efectivos no se dieron cuenta que este portaba un arma.
"Una persona que va a ser objeto de una detención y que porta un arma, siempre es un riesgo muy alto... La PNP podía sospechar que fuera así (que tenía un arma), pero en ese momento no tenía la certeza", sostuvo.
Por eso, la PNP planteó que su detención preliminar debía darse a través de métodos persuasivos y escalando de menos a más en el uso de la violencia. Se trataba de un hombre de 69 años, ex presidente y que había evadido una detención en 1992 tras el golpe de 5 de abril y había acudido a la embajada uruguaya para solicitar un intento de asilo.
Alan García