En ejercicio. Arriola dirige la Dirincri luego de que el expresidente Pedro Castillo intentara darle de baja. (Foto: César Campos/@photo.gec)
En ejercicio. Arriola dirige la Dirincri luego de que el expresidente Pedro Castillo intentara darle de baja. (Foto: César Campos/@photo.gec)

El terruqueo es un vicio que solo polariza más a nuestro país que, literalmente, arde en llamas y, sin embargo, hay quienes tienen autoridad para explicar lo que está sucediendo. Oscar Arriola Delgado tiene 56 años, es jefe de la –la División Nacional de Investigación Criminal– y hace unos meses, antes de que intentaran pasarlo al retiro en el gobierno de , era jefe de la Dircote –la Dirección contra el Terrorismo–. Desde que se graduó como alférez, hace 34 años, recibió el encargo de hacer seguimiento a quienes sembraban el terror. Lo recuerda así: “Fue a comienzos de los 90 y pude ver la insania, los paros armados terroristas, cuando amanecíamos con cuadras enteras embanderadas con la hoz y el martillo y cuando despertábamos con 11 o 15 Enatrus (buses de la Empresa Nacional de Transporte Urbano) incendiados con la modalidad de arrasamiento”. El ahora general Arriola ha participado en decenas de capturas de cabecillas de Sendero Luminoso y rescates por secuestros perpetrados por organizaciones criminales y ha estado destacado por años en el Vraem, el Alto Huallaga y la selva central. “Trabajar en esto implica leer a Marx, a Lenin y a Mao, por supuesto, además de estudiar el socialismo del siglo XXI y todo pronunciamiento o manifiesto de las personas que de una u otra manera vas a enfrentar”, dice tras comentar el libro que tiene sobre su escritorio Memorias desde Némesis, el texto escrito por y Elena Iparraguirre, desde el penal militar de la Base Naval del Callao.

¿Vencimos a Sendero Luminoso con la captura de Guzmán y el cese de los coches bomba y los asesinatos de los 80′s y 90′s?

No, eso no puede definirse como que se desarticuló Sendero Luminoso. Lo objetivo es que hubo en las cárceles del Perú, por terrorismo, 11,836 presos. Y ahora no quedan ni 150.

¿Por qué fueron liberados?

Poco menos de 6 mil presos por actos de terrorismo nunca tuvieron una condena. Algunos juicios se cortaron por sobreseía, es decir que los procesos se desvanecieron o los detenidos fallecieron en prisión. A esa cantidad hay que sumarle 2600 que fueron absueltos por jueces y además 950 que fueron indultados por distintos presidentes. Hay casos emblemáticos, como el de Alex Chamán Portugal, quien hace apología al terrorismo y está ahora a cargo de un estamento de Sendero Luminoso en Bolivia.

¿Se han sentido burlados los policías que lucharon contra el terrorismo?

No, pero sí tenemos el sentimiento de que somos una sociedad democrática muy débil porque nuestras instituciones no han sabido luchar en el tiempo con un fenómeno terrorista que tanto daño ha hecho. Por más que la moral siempre esté al tope, en el impacto siempre hay una dosis de desmoralización. Es muy doloroso, sobre todo porque están las pruebas.

¿En nuestra sociedad, qué impulsa a las personas a simpatizar con ideas terroristas?

Las diferencias sociales, la falta de oportunidades, la pobreza y la extrema pobreza ha sido utilizada por los pensadores de una ideología tan nefasta, para aprovechar lo que Lenin denominaba las condiciones objetivas. Sin embargo también describió las condiciones subjetivas que se determina por la capacidad de tener un grupo que lleve adelante la revolución para cambiar un modelo político-social, orientado a una meta final que es el comunismo.

¿Cuántas personas seguían ideológicamente a SL, cuando se hablaba de “remanentes terroristas”, en las últimas dos décadas?

Muchas veces hemos hecho este análisis y creemos que entre militantes activos, miembros dirigentes, combatientes, apoyos no organizados, incluidos los que han estado en la cárcel, hemos considerado que no podían pasar de 20 mil. Sin embargo, alrededor de todas estas personas hubo mucha gente que sabía y nunca dijo nada, ni siquiera dice la palabra terrorismo y tampoco condena sus actos.

¿Eso alimenta el terrorismo?

Por supuesto que lo alimenta. Hay una hegemonía cultural que abraza un pensador como Antonio Gramsci (Italia - 1937) que indica que ya no son las formas como pueden haber sido los coches bomba o los atentados, sino el infiltrarse en todo el aparato de Estado y eso es lo que también procuró Sendero Luminoso.

¿Y cree que eso es lo que estamos viviendo ahora?

No me puedo pronunciar sobre ello.

En todo caso, ¿nos hemos descuidado y ahora vivimos un nuevo terrorismo?

Lo que pasa es que ha habido una incredulidad total. Ha habido una suficiencia y abuso de confianza y un triunfalismo respecto del terrorismo, pero la ideología persiste y hay personas que la siguen fomentando y promoviendo. No habrá habido atentados durante un tiempo, pero han seguido trabajando en la clandestinidad y una parte de manera abierta bajo el pretexto del Movadef que inclusive intentó inscribirse como partido político con el Marxismo, Leninismo, Pensamiento Gonzalo como vía ideológica, donde el Pensamiento Gonzalo es el vicio de nulidad insubsanable.

¿Algún partido político actual se acerca a esa línea?

No puedo referirme a ello.

Hace décadas que hablamos de unos pocos remanentes senderistas en el monte y hoy se habla de terroristas azuzadores en las protestas que vivimos. ¿Por qué?

Ante todo, la gente que está marchando está en su derecho de protesta pacífica, sin embargo, la protesta se convierte en ilegal cuando agreden a las personas o cuando dañan la propiedad pública o privada. Segundo, la Policía del Perú a través de la DIRCOTE, ha identificado a ciertos personajes excarcelados, luego de haber purgado condena como senderistas, en las marchas donde han realizado tareas de organización y movilización. De hecho, se ha capturado de Rocío Leandro Melgar que era presidente del Frente de Defensa Popular de Ayacucho, junto a 7 personas. Ella es actualmente integrante de Sendero Luminoso. Resultado de un seguimiento y escuchas legales de meses, hemos confirmado que Sendero Luminoso se encuentra en la segunda reconstitución y que actuó con esta “camarada Cusi” en los actos vandálicos de Ayacucho.

¿Hay pistas para pensar que estos grupos terroristas han actuado en coordinación con otras regiones?

Si. Hay evidencias de que se han reunido los frentes de defensa de los pueblos, a nivel nacional.

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¿De cuántas personas estamos hablando?

Tenemos que tener mucho cuidado porque fácilmente se aprovechan de lo que decimos para acusarnos por “terruqueo” pero acá lo que hay son evidencias. Rocío Leandro ha sido capturada con 7 personas más en Ayacucho, ha estado presa por terrorismo 11 años por integrar un destacamento armado encargado de eliminar a las víctimas de Sendero Luminoso. Actualmente es la número tres, desde julio la venimos siguiendo y todas sus actividades están ligadas a Sendero Luminoso. Sabemos que ella ha organizado las acciones que hemos dicho.

¿De dónde sale el dinero que los financia?

Es un tema de investigación.

¿Pero están interconectados estos frentes en las diferentes regiones?

Lo que pasa en Ayacucho, no es otra cosa más que la tarea cumplida por lo estamentos activados en Andahuaylas, Arequipa, Ica, Cusco y Puno. A esto se suma un par de sectores como son Chao y Virú, en La Libertad. Lo que podemos decir es que se ha identificado objetiva pero contundentemente a personas que son terroristas con una participación activa en las movilizaciones actuales, que son pocas pero suficientes para movilizar masas. Por eso el llamado a quienes protestan a analizar bien toda la información que reciben para no ser llevados a cometer actos de violencia que solo buscan crear caos.

¿Es posible que este caos se mantenga por meses?

Hay que analizar muy bien lo que sucede. Cierto es que se necesita mucho financiamiento y organización, pero cualquiera sea el caso nosotros estamos preparados, junto a las FFAA y el Ministerio Público, para afrontar esta amenaza contra el orden público, la democracia y la paz del Perú.

¿Esto es una guerra?

La guerra es un concepto que se encuentra dentro del derecho internacional comunitario y tiene unas características que no calzan con esto.

Chispazos

  • Cuando Óscar Arriola tenía dos años, su padre falleció de una enfermedad que hoy presumen que fue cáncer. Su madre sacó adelante a los tres hermanos, confeccionando vestidos y enseñando costura en Chiclayo. Crecieron en una ciudad tranquila, pero la investigación llamaba la atención de Arriola: “Nací para ser detective”, confiesa, “tenía una vocación muy marcada por encontrar la verdad, porque solo así uno llega a la justicia”.
  • La investigación lo llevó a tareas de alto riesgo. Así preparó a toda su familia a que podría no estar de pronto. “Hemos estado siempre expuestos a odios de personas con una ideología insana”, dice y, en ese contexto, resalta el amor de su esposa, quien nunca comprendió su carrera, pero lo apoya y acompaña.
  • Arriola es abogado con maestría penal, estudios como negociador del FBI, maestría en Gestión Pública y diplomado en compras públicas.

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