Su genio. En la primera semana como congresista, renunció al grupo con el que llegó al Parlamento. (Crédito: Norma Yarrow)
Su genio. En la primera semana como congresista, renunció al grupo con el que llegó al Parlamento. (Crédito: Norma Yarrow)

Estuve casada durante 30 años, tengo dos hijos, uno de 29 y otra de 26, y hace dos años me divorcié. Se cruzó una persona, pero tampoco se le puede estar cuidando los pantalones a nadie. Me encantaría casarme otra vez; es que me gusta el compromiso y soy una romántica”.

Es romántica, además de positiva y resiliente. Conocida como la Dama de Hierro, por su desempeño en la política peruana, confiesa que en el campo emocional también tiene carácter fuerte. Cuenta que esa pena profunda, la que la tumba en la cama después de saberse engañada, le duró un solo día: “Decidimos qué hacer, se fue de la casa y no me di tiempo para deprimirme. Al día siguiente me cambié, me bañé, me puse regia y salí a la calle a divertirme con mis amigas”.

Aunque ahora analiza que, tal vez en ese momento, su exesposo y ella no estaban dándose el tiempo para ver lo que sucedía en la relación, a pesar de la deslealtad, reconoce que tuvo un buen matrimonio, un gran amigo y un súper compañero, pero se acabó.

PRIMER ROUND

Ese es el genio de quien, durante la primera semana como congresista, decidió renunciar al grupo con el que llegó al Parlamento: “Yo soy una persona que no aguanta el machismo pero él (el almirante) cree que aún está en la Escuela Naval. Pero es un tema que viene de antes; mientras yo trabajaba una campaña política, él hacía una campaña con marinos y cuando le decía cosas que no se debían hacer, al parecer, me veía como una rival. Esas cosas fueron pasando hasta que todo explotó en el Congreso”.

La ahora integrante de la bancada de explica que, cuando se entregaron las credenciales, Montoya cambió de actitud al igual que Gustavo Pacheco (secretario general del partido). “Con Pacheco no hay pelea, pero tampoco confianza, hemos cortado el nexo de conversación. Ellos impusieron la vocería, me quitaron la vocería alterna e incluso una tercera vocería, hay que decir las cosas como son, entre Pacheco y Montoya no me presentaron ni para la Comisión Permanente ni para (la Comisión de) Descentralización”.

CHICLAYANA SOY

Saltó así de bancada, con la agilidad de atleta que tenía cuando hace poco más de 30 años llegó a Lima desde Chiclayo. Había dejado su Pimentel querido, su chacra con almuerzos familiares todos los domingos e incluso a su chivo que se llamaba Pepito. “Era mi mascota, jugaba con ella, la vestía y fue una de las cosas que más me costó dejar”. Debía despedirse porque en la capital la esperaba la formación universitaria que debía seguir. Era más la pena que la ilusión, pero tuvo que dejar su tierra para convertirse en profesional. Si bien nunca había destacado en los estudios escolares, en la Universidad Femenina, la Unifé, le fue muy bien. “Era muy buena, sobre todo en diseño y arquitectura”, carrera de la que se graduó mientras que, con amigas artistas de la talla de Fabiola de la Cuba y Julie Freundt, participaba de fiestas, conciertos y competencias deportivas.

Hasta entonces la política era muy lejana para Yarrow. No había políticos en la familia, ni se discutían esos temas nunca. Lo más cercano era un tío de cariño, el hermano de la tía Marta, que trabajaba en Emape y la recibió como practicante. Luis Castañeda Lossio, a pesar de la recomendación recibida, mandó a la recién graduada a sellar boletas. “Yo estaba indignada, ya era bachiller, así que le mandé a decir con la tía Marta que yo no estaba para poner sellos”. La respuesta, recuerda, fue una lección de vida. “Lucho me dijo: uno empieza de cero y si es buena, llega adonde tenga que llegar. Así seguí hasta ser la primera y única mujer que fue gerente técnico de Emape. Hoy soy congresista de la República y, aunque tomé distancia de Castañeda hace varios años, me he amistado con él hace unos días, porque está delicado y me llamó para felicitarme por lo que he logrado. Inevitablemente hay cariño”.

CHISPAZOS

  • Solidaridad: En el 2010, el partido tuvo otro tipo de intereses y con la llegada de Pepe Luna se fractura todo. No me gustan las imposiciones y comenzaron a afiliar gente con hojas de vida complejas.
  • Renovación: Mi afiliación quedará en proceso hasta que se consolide mejor. RLA y yo mantenemos una muy buena amistad de décadas y no descarto ser alcaldesa después de él. Ya lo hemos conversado.
  • La derecha: Renovación es extrema derecha pero yo tengo valores, soy provida y profamilia pero no soy radical. Estoy de acuerdo con la unión civil, quizá no con el matrimonio y no con la adopción de niños porque creo que no estamos preparados, aún.
  • ¿Fujimori nunca más?: No, Keiko nunca más pero Kenji podría ser. A diferencia de Keiko, ese niño ha crecido con amor porque era el engreído del padre. Tiene experiencia, con un manejo emocional importante y creo que es un hombre que habría que rescatar.
  • Parlamento: El nivel del Congreso es bajo y, acuérdate de mí, ‘los castillistas’ terminarán enfrentados a ‘los cerronistas’. Hay gente tratable, pero otros no son concertadores y por eso perdieron (la Comisión de) Educación.
  • Pedro Castillo: Es muy básico por su experiencia y creo que se le cruzó el cargo. No es discriminación, pero creo que no está preparado. No ha sido un político, ha sido un dirigente y por eso Cerrón le marca la agenda, hasta ahora.
  • Vladimir Cerrón: Es un hombre para analizar. Con manejo de discurso, de cámaras y tiene un plan que viene construyendo hace tiempo. Es un hombre peligroso y preparado que usa la imagen de Pedro (Castillo) y Dina (Boluarte).
  • Guido Bellido: Es un hombre muy simpático, pero es un mentiroso compulsivo.
  • Dama de Hierro: Me dicen así por ser frontal. No lo relaciono con lo masculino. Creo que es empoderamiento y también pienso que al llegar a la capital me endurecí. Eran etapas duras para mi familia y, en muchos casos, tuve que hacerme cargo.
  • ¿Esos ojos azules?: Que no digan que no son míos, porque los compro con mi plata hace más de veinte años.

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