Castillo se sumó a cocaleros que impulsan una ley de hoja de coca

“Es el sueño del gobierno industrializar la coca”, declaró ayer el presidente Pedro Castillo al inaugurar el CITE-Agroindustrial Vraem en Pichari (Cusco) y, con ello, respaldó el proyecto de ley que promueve el congresista Guillermo Bermejo el cual, según varios especialistas, incentivaría el narcotráfico en el país. La llegada del mandatario a la zona no habría sido casual, pues luego se trasladó al congreso cocalero que tuvo como finalidad el empadronamiento de productores de coca ilegales y recolectar firmas para la Asamblea Constituyente que impulsa Perú Libre.

Castillo dio un discurso acompañado de Bermejo, algunos ministros y de uno de los dirigentes del ala más radical de los cocaleros, Julian Pérez ‘Cheldo’; y ofreció de todo a los pobladores del Vraem: además del apoyo para la ley de la hoja de coca, un aeropuerto, una universidad y un hospital. Remarcó que “el proyecto de la hoja de coca tendrá luz verde, no solo desde el Congreso, sino también desde el despacho (presidencial)”.

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ENACO Y DEVIDA EN LA MIRA

Otro anuncio que prende las alertas fue sobre los futuros cambios en las entidades que controlan los cultivos ilegales de la planta. “Las cosas que hay que corregir con la Empresa Nacional de la Coca (Enaco) y con Devida, las tenemos que corregir”, sostuvo.

En esa línea, Perú21 constató que el evento también fue útil para que los dirigentes radicales tengan el micrófono abierto para arremeter contra Rubén Vargas, exjefe de Devida y miembro del directorio de Enaco, a quien tildaron de “enemigo de los cocaleros”.

Sobre el tema, el congresista Bermejo declaró a Perú21 que “hay que comenzar a colocar gente idónea (en Enaco y Devida) y que sea respaldada por la población. Eso lo decidirá Palacio”. Por su parte, el dirigente Pérez sostuvo que “Enaco no nos representa ni nos beneficia. Vamos a decir que participen y que sea por mérito. Nos gustaría proponer”.

El premier Guido Bellido también se alineó. Según el acta de la reunión con dirigentes de La Convención, a la que accedió este diario, el jefe ministerial dijo que se impulsará un cambio “integral de Enaco” y reafirmó su postura a favor de el proyecto de ley de Bermejo: “coca o muerte”, dijo.

EL EMISARIO DE EVO

La iniciativa de Bermejo sigue los pasos del modelo boliviano y contempla expulsar a la DEA y USAID del país con la excusa de tener soberanía y la fracasada política de industrialización de la hoja de coca.

Perú21 mostró que Dionisio Nuñez, exviceministro de Coca de la gestión de Morales, estuvo presente en el congreso para, según declaró, “compartir la experiencia boliviana para legalizar la hoja de coca en una Constitución”.

INDUSTRIALIZACIÓN PARA EL FRACASO

El expresidente de Devida, Alberto Otárola, recordó que los convenios internacionales firmados por el Perú reconocen el uso tradicional de la hoja de coca, pero no otro tipo de usos que el Estado pudiera promover, como la industrialización o comercialización.

“No hay posibilidad que el Perú tenga ingresos adicionales de la industrialización. Es un discurso inviable. La mejor manera de enfrentar el narcotráfico es el desarrollo de los agricultores mediante planes alternativos de cultivo de cacao y café. Así se cortará el cordón umbilical con el narcotráfico”, dijo a Perú21.

Por su parte, el especialista en temas narcotráfico y terrorismo, Pedro Yaranga, consideró que la propuesta de Castillo “es un desastre”, porque se influye de la experiencia de Bolivia donde se destinó “millones de dólares con el argumento de industrializar la coca mediante gaseosas, galletas y chocolates, cuando luego todo fue un fracaso porque no hubo nada de desarrollo”.

“Es ilógico hablar de una industrialización porque en el Vraem se tiene una hoja de coca altamente contaminada con agroquímicos, y no es apta para el consumo humano. La coca no da más y se debe apostar por el cultivo alternativo”, remarcó.

DATOS

• Un informe de la Casa Blanca de los EE.UU. indica que el Perú superó las 88 mil hectáreas de cultivo ilegal de la hoja de coca.
• Detalla, además, que el 2020 solo se erradicó un poco más de 6 mil hectáreas, cuando el promedio era de 25 mil.
• Según Devida, en enero el kilo de cocaína costaba S/4,784 y el de PBC, S/2,785

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