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Reuniones clandestinas en Breña despiertan dudas en la SBN
La reciente denuncia del procurador general Daniel Soria contra el presidente Pedro Castillo por no transparentar las visitas clandestinas que recibió en la casa de Breña solo refuerza la idea de que en ellas se trataron asuntos al margen de la ley. Con la empresaria Karelim López ya hay indicios de delito, pero poco se sabe de la real intención que tuvo la ahora exgerenta general de la Superintendencia Nacional de Bienes Estatales (SBN), Jaqueline Perales Olano, al asistir a la vivienda del pasaje Sarratea. O, en todo caso, de las pretensiones que tenía Castillo.
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La reciente denuncia del procurador general Daniel Soria contra el presidente Pedro Castillo por no transparentar las visitas clandestinas que recibió en la casa de Breña solo refuerza la idea de que en ellas se trataron asuntos al margen de la ley. Con la empresaria Karelim López ya hay indicios de delito, pero poco se sabe de la real intención que tuvo la ahora exgerenta general de la Superintendencia Nacional de Bienes Estatales (SBN), Jaqueline Perales Olano, al asistir a la vivienda del pasaje Sarratea. O, en todo caso, de las pretensiones que tenía Castillo.
Perales es paisana del mandatario. Nació en Cutervo, Cajamarca, hace 49 años. Ser de esa región ya es suficiente para tener la atención del jefe de Estado, quien ha procurado rodearse de cajamarquinos.
La abogada fue designada gerenta general de la SBN el 16 de setiembre por la jefa de la entidad, Cynthia Rudas Murga. Es decir, en pleno gobierno castillista.
La SBN tiene una función fundamental, es la que administra los predios e inmuebles del Estado. Parte de su función es proteger estos activos para entregarlos a proyectos de inversión pública y privada. Tiene un rol importante en el primer nivel para el desarrollo de obras como puentes y carreteras.
Solo ocho días después del nombramiento de Perales, el 24 de setiembre, la Contraloría emitió un informe en el que advertía que la SBN “carece de normativa que regule el procedimiento” para la designación de funcionarios en cargos de confianza. Una de esas servidoras era Perales, quien este mismo año había trabajado en el Ministerio de Vivienda durante cinco meses, entre enero y mayo, según su LinkedIn.
“(Este tipo de nombramientos) podría conllevar a designar personal que no cumple con los requisitos establecidos en el clasificador de cargos, poniendo en riesgo la legalidad e idoneidad de la designación y el cumplimiento de los objetivos institucionales”, señala el informe. Pese a esta notificación, que llegó a manos de Rudas, Perales continuó en el cargo sin problemas.
Aparentemente, la entonces funcionaria se proyectaba una carrera en alza. En el mismo mes que asumió funciones se creó una página en Facebook para promocionar su trabajo. Llegó a publicar fotos de las reuniones que sostuvo con miembros del sindicato de trabajadores de la SBN y es lo último que muestra esa página. Luego vino la reunión clandestina.
Preguntas sin contestar
El miércoles 10 de noviembre, las cámaras de Cuarto poder captaron a Jaqueline Perales ingresando a la casa del pasaje Sarratea a las 7:24 p.m., inmueble al que también llegaban proveedores del Estado y empresarios, como Karelim López, y el propio presidente Pedro Castillo. ¿Para qué asistió Perales?
Cuando fue abordada por el dominical el 6 de diciembre, solo un día después de haber sido despedida de la SBN, la abogada evitó pronunciarse y dijo que sus descargos los dio a la Oficina de Control Interno (OCI). En su defensa, la exgerenta declaró a la OCI que acudió a la casa de Breña por “asuntos personales”. Fuentes de la SBN indicaron a este diario que la entonces autoridad no quiso renunciar a su puesto.
Perú21 pidió a la SBN que explicara por qué decidieron contratar a Jaqueline Perales y bajo qué criterios la mantuvieron en el cargo considerando el concluyente informe de la Contraloría. Pero no hubo respuesta.
¿Qué interés podría tener Pedro Castillo en la SBN? ¿Pensando en la liberación de terrenos para futuras obras? De ser así, ¿por qué coordinarlo de forma clandestina?
El pasado 26 de noviembre, la vicepresidenta Dina Boluarte recibió en su despacho de Palacio de Gobierno, según el registro de visitas, a dos representantes de la Asociación de Floricultores del Perú: Raúl Ponce Garay y José Rivera Villarroel. Este gremio ha intentado comprar un terreno del Estado de 263.26 m2 ubicado en la margen derecha de la Panamericana Norte, en el Rímac. Pero en julio último la SBN le negó la compra por estar a menos de 80 metros de distancia de un bien “destinado a una finalidad pública”, en referencia a la carretera.
Este diario conversó vía telefónica con Raúl Ponce, quien muy nervioso reconoció que buscaron a Boluarte “para explicarle nuestro caso”.
Coordinamos una reunión presencial con Ponce, a propuesta de él, para que explicara los detalles de la conversación con la vicepresidenta, pero a la hora pactada no se apareció y dejó de contestar las llamadas.
Desde el despacho de Boluarte indicaron que fue la asesora Carmen Giordano, y no la vicepresidenta, quien atendió a los dos hombres. Señalaron que “no hubo compromiso ni acta de por medio” y que se envió el caso a la Municipalidad de Lima “para una respuesta”.
El silencio de Castillo sobre lo que sucedió en la casa de Breña mantiene las sospechas de que nada transparente ni legal ha ocurrido en esas reuniones clandestinas.
TENGA EN CUENTA:
El procurador general pidió a la fiscal de la Nación que, de abrir investigación al presidente, no la suspenda porque la Constitución no impide que el mandatario sea investigado en funciones.
Ayer el ministro del Ambiente, Rubén Ramírez, aseguró que Castillo entregará la relación de personas con la que se reunió en Breña cuando “concurra a la Fiscalía”.
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