Corrupción y ataques: todo lo que la misión de la OEA verá cuando llegue al Perú

El 12 de octubre, el presidente Pedro Castillo solicitó a la Organización de los Estados Americanos (OEA) que se active la Carta Democrática Interamericana ante un supuesto intento de “golpe de Estado en marcha”. En respuesta, el 20 de este mes un grupo de alto nivel llegará al Perú para evaluar la situación descrita por el mandatario.

¿Qué es lo que verá la misión cuando llegue al Perú? Agresiones a la democracia, como cuando no descartaron disolver el Congreso, y a la institucionalidad, cuando se ataca al Ministerio Público y al Parlamento. En casi un año y medio de gobierno, el jefe de Estado ha acumulado seis carpetas fiscales por presuntos actos de corrupción. A la fecha, su sobrino Fray Vásquez, su exministro de Transportes Juan Silva y su financista Alejandro Sánchez se encuentran prófugos. En el colmo de la impunidad, este último ni siquiera figura en el programa de recompensas del Ministerio del Interior ni en el registro de requisitoriados.

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Ante el avance de las investigaciones, la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, presentó una sólida denuncia constitucional contra Castillo. El mandatario y sus ministros la atacaron antes y lo siguen haciendo tras la denuncia.

Lo mismo pasa con el Congreso. En todo momento el presidente denuesta al Legislativo porque censura a sus ministros o porque tramita denuncias constitucionales contra él, como la de traición a la patria. La prensa tampoco se salvó. Pese a que se comprometió a respetar las libertades de prensa y expresión, Castillo hace todo lo contrario. El informe de la SIP es claro y contundente al respecto.

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