Hugo Chávez, referente de Cerrón, y su estrategia para quedarse en el poder

Vladimir Cerrón, el verdadero gestor del plan de Perú Libre, ha sido claro al poner como ejemplo de su proyecto de gobierno a la Venezuela de Hugo Chávez. Es decir, la convicción de una vez alcanzado el sillón presidencial, no dejarlo más. Lo dijo sin medias tintas en 2020 en un homenaje a Ernesto el ‘Che’ Guevara, cuando señaló que la izquierda “tiene que ir a quedarse en el Poder, y eso es lo que ha hecho Venezuela”.

Por eso, cuando el condenado líder de izquierda radical dice que Pedro Castillo será el que gobierne, y que él se mantendrá al margen, nos traslada automáticamente al Chávez moderado.

En 1998, el entonces candidato presidencial Chávez declaró en una entrevista con el periodista Jorge Ramos que él solo permanecería cinco años en el gobierno.

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“Claro que estoy dispuesto a entregar al poder, no solo después de cinco años, incluso antes porque nosotros vamos a proponer una reforma constitucional para tener una democracia verdadera, más auténtica”, mintió aquella vez.

Incluso sostuvo que no tenía intención de nacionalizar empresas. “Estamos abiertos a darle facilidades, aún más de las que hay, a los capitales privados internacionales para que vengan a invertir en las más diversas áreas (...); tenemos un ambicioso proyecto que necesitará de la inversión privada”, aseguró.

Chávez Frías permaneció 14 años al mando de Venezuela después de convocar una Asamblea Constituyente y redactar una nueva Constitución que le permitió reelegirse en el cargo. Esta es la inspiración de la propuesta de Cerrón.

Solo su deceso debido a un cáncer, en 2013, evitó que se quedara más tiempo, pero le dejó la posta a Nicolás Maduro para que la dictadura de su ideario continúe.

A partir del 2007 inició con la nacionalización de empresas en los sectores que consideraba “estratégicos”, entre ellos el petrolero, eléctrico y el alimentario. Perú Libre tiene un plan similar que incluye la estatización de compañías si estas no aceptan las nuevas condiciones que impondrán de llegar al poder.

El ideario de Cerrón

El plan de gobierno de Perú Libre, que condensa las ambiciones políticas de su líder Vladimir Cerrón, registra como primer objetivo la creación de una nueva Constitución “humanista, rescatista y nacionalizadora”. Es el primer paso, sin este no podría aplicar su radical plan de cambiarlo todo en una eventual gestión de Pedro Castillo.

Lo que Cerrón promete es imponer una economía popular con mercados en la que el Estado controle su dinamismo. “Un Estado interventor, planificador, innovador, empresario y protector”, indica el documento.

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De acuerdo a su visión, el Estado intervendrá hasta en la más mínima actividad económica. “Cambio del Estado privatizador y exportador de capitales por un Estado nacionalizador soberano que fortalezca la economía interna invirtiendo sus capitales en el país”, señala.

Anuncia la revisión de contratos, para renegociarlos o anularlos si, bajo su postura, “promueven la impunidad”. Además, busca aislar económicamente al país, alejarse del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, fuentes de préstamos y créditos, para que el Estado “peruanice la economía del país”.

Respecto a la estatización y nacionalización de industrias la idea es explícita: intervenir las compañías que no se adecúen a los parámetros del nuevo gobierno.

“Frente a no aceptar (las empresas) las nuevas condiciones de negociación, el Estado peruano debe proceder a la nacionalización del yacimiento en cuestión de los sectores mineros, gasíferos, petroleros, hidroenergéticos, comunicaciones, entre otros”, detalla.

También hay un apartado para regular a la prensa. Propone una nueva ley de medios de comunicación para controlar la información que se difunde en las distintas plataformas, televisión, periódicos y radio. “El socialismo no aboga por la libertad de prensa”, se lee claramente en la página 29.

Perú Libre tampoco defiende los derechos de las minorías, como la comunidad LGBT y no promueve el matrimonio igualitario.

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