NO TOCA AL VRAEM. Ricardo Soberón hizo anuncio durante comisión de las Naciones Unidas. (Foto: Devida)
NO TOCA AL VRAEM. Ricardo Soberón hizo anuncio durante comisión de las Naciones Unidas. (Foto: Devida)

El gobierno de decidió cambiar la estrategia de erradicación de los cultivos ilícitos de la hoja de coca para 2022 y ahora la focalizará en las áreas naturales protegidas, las tierras de pueblos indígenas, bosques primarios y áreas de fronteras. Una medida que festeja el narcotráfico, pues deja de lado a otras de mayor expansión como el .

El anuncio lo hizo ayer el presidente ejecutivo de Devida, Ricardo Soberón, durante su participación en la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas. “Se busca terminar con el círculo vicioso de ‘cultivo erradicado, cultivo sembrado’ que arrastramos hace 30 años bajo la obligación de alcanzar metas absolutas de área erradicada”, afirmó.

Por ello, incidió en que se priorizarán las acciones de erradicación en las citadas zonas y que, a la par del desarrollo alternativo (siembra de café y cacao), también “se propondrá un pacto social”.

Soberón también mencionó que para golpear al narcotráfico internacional se debe detectar su patrimonio ilícito (bienes y activos), “de modo que se desmantelen las estructuras criminales complejas dedicadas al comercio internacional de cocaína”.

Zapatero a su zapato

Pero este giro en la política nacional de la lucha contra las drogas –algo ya advertido por la Unidad de Investigación de Perú21 en su edición del 10 de octubre de 2021– ahora causa preocupación entre los especialistas, en un contexto en el que Perú es el segundo productor de cocaína en todo el mundo.

El exministro del Interior y exjefe de la Dirandro, Carlos Morán, advirtió que la principal zona cocalera no está en esas áreas, sino, justamente, en el Vraem, además del Huallaga, Sandia (Puno), Madre de Dios y el trapecio amazónico.

Así las cosas, refirió que si bien atacar el problema del narcotráfico no solo es la erradicación, sino combatir al crimen organizado que gira en su entorno, el Gobierno no puede ponerse de costado frente a “los principales focos de infección”.

“Del Vraem se exporta casi el 50% de la cocaína que sale del país, no podemos taparnos los ojos (...). Los grandes laboratorios están en esas zonas cocaleras”, acotó en entrevista con Perú21.

Por su parte, Rubén Vargas, expresidente ejecutivo de Devida y exministro del Interior, consideró que Soberón “está actuando de manera irresponsable al pretender erradicar zonas que no tienen alto impacto en la lucha contra las drogas”, lo que –advirtió– afectaría los intereses del país.

“El daño que se le está haciendo al Perú es absolutamente grave y alevoso; y justo en estos años en donde hay una fuerte demanda de drogas cocaínicas en los mercados internacionales. Cuando debiéramos de tener una posición mucho más definida, estamos poniéndoles camisas de fuerza a ejes importantes de esta lucha contra las drogas”, resaltó.

De acuerdo con el semanario Hildebrandt en sus Trece, el pasado 6 de diciembre representantes de Devida y la PCM ya habían acordado con autoridades de Puno focalizar la erradicación en las áreas protegidas.

“Han modificado la ley en una mesa de diálogo. Porque la ley dice que se tiene que controlar y erradicar la hoja de coca ilegal, no que se tiene que erradicar las que están en esas zonas focalizadas que ha decidido el presidente ejecutivo de Devida”, apuntó Vargas a este diario.

La procuradora antidrogas Sonia Medina confirmó que no fue comunicada y consultada sobre esta nueva política del Gobierno. Afirmó que “lo necesario y urgente es dar un golpe muy fuerte al primer tramo de toda la cadena delictiva” del narcotráfico, es decir, los cultivos ilegales.

“Si queremos afectar solamente ciertas zonas, no es lo suficiente, pues sabemos que el grueso del cultivo de las hojas de coca está en este momento focalizado en las zonas del Vraem”, subrayó.