Redacción PERÚ21

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Acostumbrados a no respetar las normas, un nutrido grupo de miembros del llegó hasta el frontis de las oficinas del INPE en el Jr. Carabaya, en el Centro Lima, para protestar contra el régimen cerrado impuesto a las terroristas en el Penal de Chorrillos.

Los manifestantes, entre los que se apreciaba dos grupos claramente definidos, uno de muy jóvenes y otro de adultos mayores, lanzaban arengas y pedían a voz en cuello libertad para los mal llamados "presos políticos", que no son otros que los criminales terroristas que sembraron muerte y destrucción durante más de dos décadas en el país.

Aprovecharon para repartir volantes con consignas políticas y realizar adoctrinamiento entre algunos transeúntes a los que abordaban. Además, la bulla constante provocó malestar entre las personas que trabajan en oficinas de esta zona, en la que están prohibidas las manifestaciones.

En los volantes que repartían mencionaban al exembajador , quien fue sacado de su cargo por en la sede de la delegación peruana en Argentina.

"Se montan campañas no solo contra prisioneros políticos (sic) a quienes se les considera no personas, sino también contra todos los que de alguna manera dan muestras de gestos y actitudes democráticas, tal como lo ha hecho el señor Lynch", se lee una parte del manifiesto que repartían.

"Si esta situación se prolonga se convertirá en el despeñadero de la democracia", añade el texto. Por lo demás, resulta paradójico que estas personas hablen de esa democracia que intentaron destruir solo cuando les conviene.