El próximo domingo, el grupo de alto nivel designado por el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) llegará al Perú para reunirse –durante los siguientes dos días– con representantes de los poderes del Estado y de la sociedad civil a fin de analizar el supuesto “golpe de Estado” denunciado por el presidente Pedro Castillo. La esperada visita, sin embargo, se dará en medio de un convulsionado escenario entre el Ejecutivo y el Congreso.
La tensión aumentó el pasado 8 de noviembre, cuando el primer ministro Aníbal Torres envió un documento al titular del Congreso, José Williams, para solicitar –una vez más– que se presente una cuestión de confianza.
Seguido de ello, el viernes, la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales aprobó el informe que recomienda inhabilitar a Castillo por cinco años por presunta traición a la patria. El mismo día, la Comisión de Constitución dejó sin piso al Ejecutivo y las intenciones del premier al archivar el proyecto de Ley Nº 31355 referida a la aplicación de la cuestión de confianza.
“La situación está convulsionada. Hay un escenario de alta conflictividad y de antagonismo entre dos poderes del Estado. Vemos una fuertísima presión del Ejecutivo hacia el Congreso. El tema de la cuestión de confianza, por ejemplo, es casi una agresión, solo tiene un propósito confrontacional”, indico el embajador (r) Carlos Pareja Ríos a Perú21.
El diplomático consideró que la decisión de la Subcomisión podría ser “una respuesta” para la Presidencia. “Digamos que, de alguna manera, le ponen una espada al presidente y entre ambos generan un ambiente sumamente traumático para la población y para los visitadores”, sostuvo.
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El exministro del Interior, Rubén Vargas, advirtió que el caso de traición a la patria podría ser contraproducente para el Legislativo. “El Congreso tendría que estar discutiendo los alcances políticos de la denuncia hecha por la fiscal de la Nación. La denuncia por traición a la patria es peligrosa. Pretender acusarlo por uno de los casos más frágiles podría hasta ayudar a Castillo. Eso se podría convertir en búmeran”, refirió.
El fin de semana, Castillo permaneció en Cajamarca, sin responder a Williams, quien lo invitó a la siguiente sesión de la Comisión Permanente para que él o sus abogados sustenten su defensa frente a la denuncia por traición a la patria.
En diálogo con Eduardo Pachas, uno de sus abogados, este dijo que recién hoy, cuando el jefe de Estado vuelva a Lima, se decidirá si acude en persona a la invitación.
En tanto, ayer, desde su tierra, Castillo volvió a arremeter contra el Congreso y dijo que le pone “zancadillas”. “Queremos recuperar los recursos energéticos que tiene la riqueza del Perú, queremos la estabilidad democrática y la gobernabilidad convertidos en proyectos de ley en el Parlamento, pero le importa un pepino al Parlamento”, expresó desconociendo los procedimientos parlamentarios (ver nota aparte).