"No quisiéramos tener modificaciones parciales de leyes, hay que mirar la reforma política como una integralidad”, señala.
"No quisiéramos tener modificaciones parciales de leyes, hay que mirar la reforma política como una integralidad”, señala.

Fueron poco más de dos meses de trabajo intenso “y con autonomía”, recalca la abogada Milagros Campos. Ella, junto con otros cuatro profesionales, integró la Comisión de Alto Nivel que elaboró y presentó un paquete de propuestas de reforma política por encargo del . Algunas ya empezaron a ser discutidas en el Parlamento. Campos no oculta su optimismo. En diálogo con Perú21, y a la luz de un auscultamiento previo de la comisión, confía en que habrá respaldo de las bancadas parlamentarias a los planteamientos de la llamada Comisión Tuesta. Estas son sus opiniones...

Se inició el análisis de las propuestas de reforma política en la Comisión de Constitución del Congreso. ¿Cuál es su expectativa o preocupación?
Creo que, en general, hay entusiasmo por la reforma política. Hay temas urgentes que generan una decisión inmediata del Ejecutivo y, eventualmente, también proyectos de ley urgentes. Esto (la reforma) podría encajar dentro de aquello que es importante, pero no urgente. Muchas decisiones de gobierno requieren inmediatez., (...) al mismo tiempo hay cierta premura porque la Ley Orgánica de Elecciones señala que todo aquello que sea aplicable para 2021 tiene que estar cerrado en abril de 2020.

Para evitar el cambio de las reglas de juego...
Y está bien porque las reglas electorales no pueden cambiarse como ocurrió en el año 2016, es parte del Estado de derecho. Entonces, tienes que combinar, (...) darle la urgencia que requiere un tema importante que por su misma importancia no puede ser debatido a las locas...

¿Urgente pero sin apresuramiento?
Yo diría que la reforma es importante, no urgente, porque cuando hablas de urgente, tienes que hablar de inmediatez y ninguna reforma política, ninguna reforma estructural debe entrar en la categoría de urgente. Sí es muy importante porque si queremos pensar en la democracia al bicentenario, es necesario hacer cambios.

Podría darse el caso de que algunas propuestas sean recogidas y otras no...
Esa es la segunda preocupación; la primera es el equilibrio entre lo urgente y lo importante. No quisiéramos –y creo que ahí hablo a nombre de toda la comisión– tener modificaciones parciales de leyes; hay que mirar la reforma política como una integralidad. Somos conscientes de que son los actores políticos los que tienen que hacer las modificaciones. Ya el Ejecutivo planteó una muy importante que es no tocar el tema de la bicameralidad, pero no se puede perder de vista el conjunto para que realmente haya impacto de cara al bicentenario.

¿Cuál es el riesgo si la reforma no se toma en su integridad?
Toda reforma parte de un diagnóstico y del señalamiento de problemas; las medidas propuestas responden a soluciones con efectos concretos para solucionar los problemas diagnosticados. Entonces, si se agarran pinceladas, cosas autónomas, no va a tener el efecto que hemos previsto.

¿Algunos temas más mediáticos como la eliminación de la llamada ley seca o dejar sin efecto la prohibición para difundir encuestas podrían verse por separado?
Esas reformas mejoran la participación y podrían parecer adjetivas, pero lo que buscan es mejorar la calidad de nuestras elecciones. Hoy en día las encuestas existen y circulan por WhatsApp o redes sociales, circulan un montón de noticias fake y tenemos que huir de ellas. La información es muy valorada para las decisiones, la idea es que los electores voten con información confirmada.

¿Esta decisión del Ejecutivo de no incluir la bicameralidad en el paquete de proyectos enviado al Congreso por respeto a la voluntad popular es lo más acertado?
La valoración política la hacen los políticos. Nosotros, desde el lado técnico, decidimos, después de varias conversaciones, envalentonarnos y decir que legalmente se puede y que políticamente, de cara al bicentenario, es lo mejor. Por supuesto, los actores políticos –en este caso el Ejecutivo– difieren del tema. Pero, ojo, en este momento ya existen en el Congreso dos proyectos presentados en marzo que permitirían debatir el tema. Creo que la bicameralidad está hoy en día en la cancha del Congreso que es un poder autónomo.

¿Se debe dar paso, entonces, a su discusión pese al referéndum en el que la población le dijo No a esa opción?
Creemos que se debe debatir la bicameralidad. No hay impedimento porque no fue una iniciativa ciudadana. Por lo tanto, la Ley Nº 26300 de los Derechos de Participación y Control Ciudadano no es aplicable; y tampoco hay impedimento porque se trata de otro proyecto de bicameralidad; no es el mismo.

La Comisión de Alto Nivel se reunió con las bancadas. ¿Cree que hay voluntad política en ese nivel para sacar el tema adelante?
Este Congreso ha sido elegido para legislar y buscar coaliciones en cinco años. Estamos en medio de esos cinco años y yo confío en que sí lo harán, en que hay voluntad. Una muestra clarísima son las declaraciones que han hecho el propio presidente del Congreso, la presidenta de la Comisión de Constitución y las bancadas que han presentado muchos proyectos sobre estos temas; pienso que hay una conjunción de voluntades.

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