Sus recuerdos de infancia se remontan a la arena de Villa El Salvador, al espacio que había marcado su madre con cuatro palos y una estera y al que llegó junto a sus seis hermanos después de muchas mudanzas. Tenía ocho años y le costaba imaginar cómo allí se construiría una casa: “No había nada más que caracoles del mar en el suelo”, cuenta. Pronto esos terrenos de posesión se convertirían en el enorme distrito que es hoy, donde todavía vive la cuatro veces congresista, Martha Moyano. Un barrio construido por mujeres al cuidado de sus hijos, que al mismo tiempo participaban de la edificación de escuelas y espacios comunitarios: “A cuatro cuadras de mi casa estaba el colegio. Mi primer asiento fue un ladrillo y de mesa usaba una silla de mi abuela que mi madre tenía en casa. Por supuesto que no había luz, las velas o lamparines causaban muchos accidentes y recuerdo a mi madre y las vecinas cargando arena para apagar las chozas que se incendiaban”. Así, explica Moyano, que en VES había que ser dirigente, sí o sí, no había opción. La organización del distrito obligaba a todos a participar y de ese modo es que ella y su hermana, María Elena, terminaron de promotoras, en salud y educación inicial, respectivamente. María Elena, era seis años mayor y tenía un liderazgo natural. Aglutinó a más de 12 mil miembros en la Federación Popular de Mujeres donde promovían actividades de apoyo alimentario. Eso la llevó a involucrarse en la defensa de los derechos, al punto de convertirse en una amenaza para Sendero Luminoso que veía su influencia como un obstáculo. Su asesinato en 1992 tuvo un impacto profundo en la vida de toda su familia y en el caso de Martha fue determinante cuando su sueño de ser actriz se transformó en la carrera política que comenzó como regidora de Lima y continuó como congresista. Hoy no descarta integrar el próximo Senado, si es elegida.
¿Estaría María Elena Moyano satisfecha con el trabajo del Congreso actual?
Ella tendría críticas muy fuertes, pero creo sobre todo que si otra fuera la historia, ella sería la que estaría en ese espacio y yo tal vez me habría dedicado a la actuación con el grupo de teatro que tenía o hubiera seguido organizando a los grupos juveniles que armé para dirigir bibliotecas en el distrito.
Sin embargo, naturalmente entró en política. ¿Por qué cree que la buscaron?
Tal vez porque fui irreverente, siempre, porque a raíz de la muerte de mi hermana asumí las declaraciones, armé los homenajes y me enfrenté duramente a Sendero. De hecho, mis hermanos se fueron del país y mis sobrinos que presenciaron el asesinato viajaron con su padre y mi mamá a España, pero yo decidí quedarme con mi hermana Narda y me volví muy dura. Nunca lloré, hasta ahora nunca, porque me dediqué a honrar su memoria sin que ellos (los terroristas) nos ganen.
¿Encontró consuelo en el fujimorismo y en la política?
Sí. Encontré comprensión y consuelo en la toma de decisiones del fujimorismo respecto de cómo enfrentar a los terroristas. Un eco en lo que yo quería hacer.
Al día de hoy, ¿cuál es su primer enfoque a combatir desde la política?
Mi primer enfoque —además de seguir alerta porque no hay exterroristas así como no hay excojudos—, es lograr que todas las familias, a nivel nacional, puedan ser propietarias de sus viviendas.
¿Se ha transformado el terrorismo?
Mira, estamos siendo testigos de sicariato, asesinatos simultáneos, granadas en puertas de instituciones, jueces de paz amenazados… en la magnitud y la forma de cómo está ocurriendo, nadie me quita de la cabeza que hay una organización detrás usando el terror como arma política.
¿Cuál es esa organización?
Me puedo atrever a decir que es el rezago de terrorismo, el sendero rojo. Hay que recordar que la camarada ‘Vilma’ está viva y vigente. Que manda mensajes y las redes sociales hoy llegan mucho más rápido y a lugares recónditos del país. Recuerda además que Sendero se divide en dos o tres y en un intento de reinventarse el Movadef buscó entrar a la política de manera formal. Felizmente no lo logró.
¿Cree que en los grupos políticos del Congreso hay alguna cercanía a esta organización?
No me atrevo a decir eso. No creo que se llegue a ese nivel.
¿No al terruqueo, entonces?
No. Los fujimoristas no somos los que terruqueamos. O sea, nosotros sabemos diferenciar muy bien la izquierda de quiénes enarbolan esas banderas. Es diferente. Por lo menos personalmente sé identificar muy bien a quienes tienen otras formas, como los caviares, pero no los metemos en el mismo balde. Aun así, te digo que Pedro Castillo fue una preocupación latente.
¿Y el comunismo es una preocupación real?
Si, porque la propuesta comunista viene con Asamblea Constituyente, el cierre del Congreso y las instituciones como fue el mensaje de Castillo. Es peligroso porque tiene un enfoque que no nos va a llevar a ningún lado, está demostrado en Venezuela y Cuba que son países que se desangran y en ese sentido Vladimir Cerrón es una amenaza.
Es posible que Keiko Fujimori se enfrente en una segunda vuelta con la izquierda extrema.
No sabemos si Keiko será candidata, aunque obviamente es lo que todos queremos.
¿Realmente consideran que es la mejor opción?
Por supuesto. Conoce cada problema del Perú y ha recorrido cada rincón sola y también con su papá. Es decir, conoce toda la estrategia y mecanismo de gobierno de Alberto Fujimori, aunque ella ha construido la formalidad del partido y una militancia a lo largo de todo el país.
¿Tiene alguna crítica hacia Keiko y sus decisiones al intentar ser presidente?
No. Y no lo digo porque sea la líder de mi partido, sino porque pienso que no se puede criticar a alguien que se atreve a hacer partido a lo largo y ancho de todo el país. Porque cualquier error que cometa es parte de esa valentía, a pesar de estar siempre en la mira, al filo de la navaja y con persecución política.
¿Y alguna crítica a la bancada y las decisiones en el Congreso incluso junto a partidos como Perú Libre?
No, porque en el Congreso no puedes avanzar sin votos, entonces hay cosas que un partido tiene que tomar como decisión y aunque no entiendan las bases, después lo van a entender. Así mismo, te digo que este Congreso, que dicen ha sido el peor, no permitió que Castillo se imponga y ha devuelto la bicameralidad.
¿No extraña los debates en el Congreso?
Sí. Sí extraño, pero entiendo que son tiempos distintos, que los rostros cambiaron y los apellidos también. Esta es la Representación Nacional, con Moyanos…
… y Bustamantes. ¿Qué piensa de la frase sobre las mujeres biológicamente incapacitadas para ser científicas?
Me parece atroz, más aún cuando el fujimorismo ha revalorado a las mujeres. Pero se ha rectificado en varios medios de comunicación.
¿Ha conversado con él, está avergonzado?
Sí, lo está.
DATOS DEL PERSONAJE
Martha Moyano ha criado a tres hijas, una de ellas, la hija de su hermana Narda quien falleció al dar a luz.
Estudió enfermería a pedido de su madre tras ser promotora de Salud, pero luego estudió abogacía y asegura que ama el Derecho Constitucional, incluso más que el teatro.
Confiesa querer llegar al Senado, pero aún nada está decidido a la interna del partido.