Perú21 reportó en mayo de 2017 que Teresa Ávila, testigo que involucró a Ollanta Humala, también fue intimidada. (USI)
Perú21 reportó en mayo de 2017 que Teresa Ávila, testigo que involucró a Ollanta Humala, también fue intimidada. (USI)

Dos testigos que brindaron declaraciones de manera reservada por el , tanto en el Ministerio Público como en la comisión investigadora del , han sido amedrentados en los últimos cuatro meses.

El caso más reciente ocurrió en Pucallpa. Dos desconocidos entraron subrepticiamente a la vivienda de un ex soldado que sirvió bajo el mando de Ollanta Humala en la base contrasubversiva en 1992. La familia estaba fuera y los desconocidos se escondieron en la habitación; cuando la esposa del testigo volvió a casa acompañada de su madre y entró a su cuarto, se encontró con dos encapuchados que le apuntaron en la cara con un arma. La mujer gritó alertando a su madre que se había quedado en la sala, cuando esta prendió la luz, los dos sujetos salieron de la casa con rumbo desconocido y sin robar absolutamente nada. Naturalmente, las dos mujeres quedaron en shock.

El testigo, codificado por la Fiscalía de Derechos Humanos, reportó el hecho al Ministerio Público y dio parte a la Policía.

Caso Madre Mía
Caso Madre Mía

¿Y LA SEGURIDAD?

Según fuentes de la Fiscalía, el despacho a cargo de los casos de Derechos Humanos asignó a este testigo dos agentes policiales que debían resguardarlo a él y su domicilio de manera permanente. Sin embargo, el que estaba a cargo de cuidar la casa dejó su puesto. El guardia se ha disculpado diciendo que fue a comprar medicinas, pero su ausencia fue oportunamente aprovechada por quienes tenían el encargo de dejar el mensaje intimidatorio.

EL OTRO CASO

El 15 de marzo de este año, otro de los soldados que sirvieron en la base contrasubversiva de Madre Mía en 1992 bajo las órdenes del ‘Capitán Carlos’, y que ha declarado ante la comisión investigadora del Congreso en su contra, también fue amedrentado.

La tarde anterior a su presentación en el Congreso, el ex soldado, cuyo nombre debe mantenerse en reserva por motivos de seguridad, recibió una llamada perturbadora a su celular. Se encontraba descansando en la habitación de un hotel en el Centro de Lima cuando lo llamaron para decirle que estaba identificado.

La misteriosa voz le refirió: “Mira, fulanito, necesito que presentes un documento ahorita en el Congreso diciendo que no puedes presentarte porque vas a ampliar la citación hasta el 15 de abril”.

“Perdón, pero con quién hablo”, respondió el ex soldado.

“No, usted nomás haga eso”, le contestó la voz a la par que le ordenaba dónde recoger el documento que presentaría para disculparse y dejar de declarar.

La conversación se volvió más tensa cuando el interlocutor indicó: “Y te vas ahorita a Pucallpa”.

Lo citaron frente al local del Ministerio Público en la avenida Abancay y quien le entregó el documento fue “una señora gordita con un gorro naranja, chaleco verde y que alquila llamadas”, sostuvo el testigo.

Con el documento que le dio, el testigo se dirigió a su hotel.

“Lamentablemente, no voy a poder asistir a la diligencia antes indicada, ya que a última hora se me presentó una urgencia de índole personal que generó que regrese a la brevedad a mi lugar de residencia. Por ello, agradeceré que reprograme mi declaración para la segunda quincena del mes de abril…”, decía el texto.De inmediato, el testigo llamó al asesor principal de la comisión investigadora para contarle lo sucedido y preguntarle qué debía hacer. El funcionario lo convenció de que se quede en Lima y se presente a declarar.

Su testimonio fue ratificado al día siguiente, viernes 16 de marzo, durante la sesión número catorce de la comisión investigadora Madre Mía del Congreso.