Guillermo Bermejo apareció en el radar de la Dirección contra el Terrorismo (Dircote) en diciembre de 2006. A solo unos días de celebrar el Año Nuevo, los agentes alertaron a la Fiscalía de un posible atentado contra la residencia del embajador de Estados Unidos. Presentaron las pruebas y un juez autorizó el allanamiento de las viviendas de Bermejo y de Omar Paredes, considerado en ese entonces el número dos del movimiento de izquierda radical Todas las Voces. En la casa del primero hallaron documentos claves para conseguir más pruebas de los vínculos de Bermejo con grupos extremistas. En la vivienda de Paredes, en cambio, encontraron 50 kilos de nitrato de amonio, material usado para fabricar explosivos. En 2009, según reportes de Inteligencia citados por Perú21, Bermejo, alias ‘camarada Che’, se trasladaba periódicamente al Vraem para azuzar a los cocaleros ilegales en contra de la construcción de una base y una pista de aterrizaje militar. Según información oficial de su legajo policial, al que tuvo acceso este diario, Bermejo concurría a un campamento terrorista conocido como Huancamayo, en Junín. Ahí se reunió con miembros del comité central de la organización terrorista encabezada por los hermanos Quispe Palomino, según la Dircote. Además, de acuerdo con la misma información policial, el ahora candidato firmó una carta de sujeción a los Quispe Palomino. Ese mismo año, Bermejo trabajó en el despacho de la dirigente cocalera y parlamentaria andina Elsa Malpartida. En 2010 volvió a asesorar a una dirigente cocalera: la entonces congresista Nancy Obregón. Años después, sería declarado ‘huésped ilustre’ en Pichari, en el marco del Festival Internacional de la Hoja de Coca. Ese mismo 2010, la Dircote intervino una vez más a Bermejo por otro posible atentado contra el embajador de Estados Unidos. En su computadora había correos electrónicos que evidenciaban su relación con la Coordinadora Bolivariana Capítulo Perú. En 2011 era asesor de la Conpaccp (Confederación Nacional de Productores Agropecuarios de las Cuencas Cocaleras). La excongresista Obregón era la secretaria general del gremio. En marzo de 2015, la fiscal antiterrorismo de Huánuco, Eneida Aguilar, le abrió investigación a Bermejo por filiación a una organización terrorista. Posteriormente, lo acusó y pidió su prisión preventiva. El juez aprobó la carcelería y Bermejo huyó de la justicia. En enero de 2016, varios representantes del movimiento Todas las Voces acompañaron a Vladimir Cerrón, el entonces suspendido gobernador de Junín, para inscribir su candidatura presidencial. En marzo del mismo año, la División Internacional de Delitos de Terrorismo de Interpol puso a Bermejo entre los 10 más buscados, mientras él se escondía en Venezuela. En 2017 la requisitoria estaba vigente, pero la prisión preventiva ya no. Por eso, cuando alias ‘c. Che’ aterrizó en Lima desde Venezuela, el 2 de abril, la Policía lo detuvo y en una nueva audiencia le ordenaron prisión preventiva por 18 meses. Lo encerraron en abril, pero, solo cuatro meses después, el 18 de agosto de 2017, la Corte Superior de Justicia lo absolvió de la acusación y salió en libertad. La Fiscalía apeló esa sentencia y la Suprema anuló la absolución porque no se habían tomado en cuenta todas las pruebas y mandó el caso a fojas cero.