"Quizás por eso mismo es que en las calles los ciudadanos no muestran aún mayor entusiasmo por la frondosa oferta electoral (30 partidos y 20 en trámite)".
"Quizás por eso mismo es que en las calles los ciudadanos no muestran aún mayor entusiasmo por la frondosa oferta electoral (30 partidos y 20 en trámite)".

Perú21 publicó el último domingo la primera encuesta nacional urbana-rural de Ipsos sobre intención de voto para las elecciones generales de 2026. Es una fotografía inicial del mapa electoral que mide la temperatura del momento, pero ya sintomática –aún faltan 20 meses para los comicios– de lo que podríamos tener más adelante.

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Queda claro, para empezar, que la dispersión del voto generada por la sobreoferta de partidos políticos (gracias, señores congresistas) representa ya una distorsión que afectará la legibilidad de propuestas y candidaturas.

Quizás por eso mismo es que en las calles los ciudadanos no muestran aún mayor entusiasmo por la frondosa oferta electoral (30 partidos y 20 en trámite). Tan es así que ninguna de las agrupaciones políticas hábiles para participar logra tener más de un dígito de intención de voto. Y si se pregunta por potenciales candidatos, el resultado es igualmente ínfimo.

Así, ese 53% de electores que votaría en blanco o viciado o no precisa sus preferencias, podría prolongarse si no tenemos a un partido o candidato disruptivo que quiebre esa apatía.

Como señalaba Alfredo Torres, presidente de Ipsos, en esa misma edición, la gente está a la expectativa de que surja alguien nuevo. Ciertas ‘marcas’ de mayor recorrido parten siempre con alguna ventaja, aunque no sepamos si esta se mantendrá hasta el final. “Fuerza Popular está adelante, pero es la principal bancada en el Congreso y Keiko Fujimori tiene muchos años en política. Salen en el primer lugar. Pero el único partido y candidato nuevo entre esos primeros lugares es Antauro Humala, que está segundo. Eso sí es una novedad importante. Con la enorme dispersión que hay, si las elecciones fuesen mañana, los que pasarían a la segunda vuelta serían Keiko Fujimori y Antauro Humala”, indicó.

Aunque la expectativa por un gran cambio en la política local –lo que quiera que esto pueda significar– es generalizada, de momento, la polarización es la única señal inequívoca: “La experiencia es vista más como prontuario que como currículum. Una gran mayoría quisiera a alguien que no haya sido candidato ni tenga experiencia política. Es el perfil típico del outsider”.

Pero si en algo coinciden también los expertos es que, a pesar de tan evidente polarización, el escenario todavía es confuso y ni siquiera quienes destacan por encima del abigarrado pelotón de postulantes cuentan con un respaldo masivo o que pueda parecer medianamente sólido.

Esta carrera no ha hecho más que comenzar.

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