Miles de franceses salieron a las calles este jueves, 23 de marzo, para seguir protestando contra la reforma de pensiones impulsada por el gobierno del presidente Emmanuel Macron (Foto: EFE/EPA/MOHAMMED BADRA )
Miles de franceses salieron a las calles este jueves, 23 de marzo, para seguir protestando contra la reforma de pensiones impulsada por el gobierno del presidente Emmanuel Macron (Foto: EFE/EPA/MOHAMMED BADRA )

ha sido paralizada por protestas multitudinarias luego de que el gobierno del socialdemócrata la reforma del sistema de pensiones en enero pasado. La propuesta eleva progresivamente hasta 2030 la edad de jubilación de 62 años a 64.

La de medida también contempla adelantar a 2027, el requerimiento de 43 años de aportes para jubilarse, en vez de los 42 requeridos actualmente. Esto significa que si una persona llega a los 64 años pero no ha cumplido con 43 años de aportes, deberá trabajar más de la edad mínima (64) pero máximo hasta los 67.

La medida parecía no tener apoyo en la Asamblea Nacional. Esto llevó a que Macron, utilizando una facultad constitucional para esquivar al Parlamento, apruebe por decreto la reforma.

“No miro los índices de popularidad, hago lo que es necesario para el país”, dijo el presidente de Francia al ser consultado por el rechazo que ha generado la reforma.

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Modelo inviable

Para el , la reforma de Macron era necesaria. Explicó que cuando se implementó el sistema de reparto “las principales economías tenían en promedio 5 o 6 hijos por habitante, y la esperanza de vida en promedio no superaba los 60 años”.

Sin embargo, a medida que la pirámide demográfica empezó a invertirse, aumentaron los jubilados y se redujeron los trabajadores que financian las pensiones.

“Al comienzo los políticos no quieren hacer ajustes. Quieren seguir pagando lo mismo, pero cada vez hay más gente en la mesa a la que hay que pagar, pero las personas que se hacen cargo de esas cuentas son menos”, indicó Tuesta. En ese sentido, negó que el sistema de reparto se trate de “solidaridad generacional”, sino de “injusticia generacional”.

“Es un sistema de injusticia con los más jóvenes”, dijo el exministro.

El , quien se desempeña como asesor externo en políticas públicas de la Asociación de AFP, resaltó que el número de trabajadores por pensionarios en Francia ha disminuido considerablemente.

“En 1950 habían 4 trabajadores por un pensionario; en el 2000, 2 trabajadores por cada pensionario, y ahora la cifra se acerca a uno. Para el 2040 será 1.3 trabajadores por cada pensionario”, explicó.

El economista consideró que la decisión del mandatario francés fue responsable y alertó que si no se tomaba esa medida, el déficit fiscal entre 2023 y 2030 habría oscilado entre 60 mil y 80 mil millones de euros.


ONP por el mismo camino

El extitular de Economía dijo que el modelo de reparto en el Perú aplicado por la “está condenado a fracasar”. Tuesta consideró que el problema del sistema peruano no solo es el cambio demográfico, sino también las altas tasas de informalidad.

Joaquín Rey coincidió con Tuesta y aseguró que en Perú sucederá lo mismo que en Francia. Asimismo, enfatizó en que “se debe ir gradualmente al sistema de capitalización individual” e incluso dijo que este también podría ser público.

Ambos economistas señalaron que se debe priorizar que cada trabajador pueda tener una cuenta individual para dejar de depender de un fondo común.

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