José Carlos Requena. Analista político (Perú21)
José Carlos Requena. Analista político (Perú21)

Al establecerse el nuevo gabinete ministerial, se produjeron diálogos entre la primera ministra, Mercedes Aráoz, y las bancadas parlamentarias. Hoy existe un clima de distensión entre el Ejecutivo y el Legislativo. ¿Cuánto durará? Analizamos el panorama junto con .

¿Cuál es la intención de producir diálogos con las bancadas? ¿Es más un procedimiento de inicio de gestión de la premier o un intento real por mejorar las relaciones con la oposición?
Creo que tiene un poco de ambas cosas. Es lo que han hecho sus predecesores y, la verdad, no creo que haya mayores inconvenientes en el voto de investidura. De hecho, ya Luis Galarreta ha hablado de que existe un ánimo bastante distendido. Creo que Mercedes Aráoz le está queriendo imprimir a su gestión un poco más de proactividad, como ella misma lo dijo en sus primeros días. Ha viajado bastante, ha aparecido bastante en sus primeras dos semanas de gestión.

¿Esa “proactividad” es por su perfil, que combina aspectos técnicos y políticos?
Creo que ella es mucho más consciente de su rol no solo de coordinadora, sino de cabeza política del gabinete. Creo que Zavala no era consciente de ese rol y pensaba que, con una coordinación más o menos mínima, la cosa caminaba y la realidad le mostró reiteradamente que no era así.

¿Cree que, tras los diálogos que está sosteniendo la premier, se logre trabajar una agenda común entre el gobierno y el Congreso?
Sin duda, habrá una relación más fluida. Seguramente se van a tener que implementar canales reales de diálogo. En la gestión de Zavala había algunos canales informales que no eran del todo fluidos y los formales eran ausentes. Se creía que Fernando Zavala tenía más cercanía con el fujimorismo y, la verdad, fue un esfuerzo titánico el establecer algunos canales que se rompían de cuando en cuando. Ahora hay un trato distinto por la experiencia parlamentaria de Galarreta y la experiencia como ministra, como congresista, de Aráoz. Estamos en una mini luna de miel que veremos cuánto dura.

Cuando Zavala ingresó al gobierno, él no tenía inconvenientes con el fujimorismo. Aráoz, en cambio, sí participó de la campaña política y se enfrentó a Fuerza Popular.
Quizás el pasivo que cargaba Aráoz era este ánimo enrarecido que se formó en la segunda etapa de la campaña electoral de 2016, pero en la campaña se dicen cosas duras de uno y otro lado que, esperemos, queden en el pasado.

¿Por las gestiones de Aráoz, se da por descontada la confianza al gabinete?
Más que por las gestiones, es por el ánimo que uno ve tanto en el fujimorismo como en los otros actores, como el Frente Amplio o Nuevo Perú. Recordarás, incluso, cuando se nombró a (Pedro) Cateriano, se logró el voto de confianza. Yo no veo por qué no pueda darse en una circunstancia como la actual.

¿Cuánto cree que durará esto que ha llamado usted una “mini luna de miel”?
Eso va a depender de la oposición y del oficialismo. Es una cosa que se construye día a día. Todo primer ministro suele tener un respiro de dos o tres meses. Esperemos que este sea mucho más largo y que se puedan hacer cosas en beneficio del país. Creo que llegar a un nivel de confrontación como a los que se llegó en el primer año de gobierno es algo que se debería evitar.

¿El indulto será una carta con la que se seguirá jugando para buscar gobernabilidad?
No sé si necesariamente el indulto dé gobernabilidad. Es una decisión que le compete al presidente y él debe tener una estrategia política diseñada para lidiar con eso, sea que decida en uno u otro sentido, porque hasta el momento la tónica ha sido posponer el asunto.

Y en algún momento dijo que lo evaluaría hasta el fin de este año.
Claro, este rumor está desde abril o mayo. Se esperó que en Fiestas Patrias hubiera algún desenlace. No ha pasado ello y, más bien, se piensa que este tema irá hasta fin de año. No sé qué tanto le convenga manosear el tema de cuando en cuando. Ahora en la mañana (ayer) el presidente ha dicho que todavía lo está evaluando. Muchas veces, el apresuramiento de algunos analistas hacen que el tema sea manoseado y el propio Ejecutivo también contribuye a eso. Lo cierto, hasta donde sabemos, es que no hay ningún desenlace en el futuro inmediato.

Respecto al gabinete en sí, ¿cree que algún partido dio sugerencias para nombrar a los ministros? Se cuestionó mucho la supuesta cercanía del titular de Justicia, Enrique Mendoza, con el Apra.
Al aprismo muchas veces se le atribuyen fuerzas y decisiones que son excesivas. El presidente ha tomado la decisión de nombrar estos ministros. Hay algunos nombramientos un poco extraños por no exhibir ninguna trayectoria en el sector, como el caso de (Fernando) D’Alessio. El señor Mendoza ha tenido una experiencia importante, a mucha gente le resulta controversial, pero hasta ahora no se han visto cambios dramáticos en puestos claves en su ministerio. Yo no creo que haya sido el aprismo el que ha intervenido en ese nombramiento ni en el del señor (Idel) Vexler, que ha colaborado con todos los gobiernos.

Autoficha

- “Soy socio de la consultora 50+1. He sido asesor político de la Embajada de Estados Unidos y consultor de IDEA, PNUD, Centro Carter, el Instituto Democrático Nacional (NDI), Banco Mundial, el BID. He publicado el libro Una gran ingenuidad: El Movimiento Libertad 1987-1989”.

- “El viceministro Ricardo Valdés se apresuró en dar una posición sobre la misa del Papa aun cuando el presidente y el encargado, el ministro Alfonso Grados, estaban fuera del país. Esperemos que esto se termine distendiendo”.

- “Hay varios elementos extrapolíticos que podrían hacer que el gobierno tenga un ánimo más calmado. No solo está lo del Papa, viene la Cum-
bre de las Américas en abril y, si Perú en el campo futbolístico tiene buenos resultados, también será un respiro. Veremos cómo lo maneja”.