Los Congresos tradicionalmente tienen baja aprobación, pero el caso peruano ya es un extremo y creo que es bastante coherente con la sensación de insatisfacción que uno ve en las calles, en la gente.
Esta es una situación que el presidente Vizcarra ha leído con corrección y por eso ha tomado el rumbo de hoy, desde hace algunos meses.
No sorprenden estas cifras dado el deterioro de un Congreso que no ha planteado nada positivo por lo que se les pueda recordar. La cifra es coherente con un Congreso que, tal como hemos visto en el chat La Botica, ha optado más por una agenda defensiva que por una propositiva.
De otro lado, ya hablar de partidos en el Perú es un exceso. Los protopartidos, como Fuerza Popular, no tienen una vida real u orgánica, y los viejos partidos como el Apra están venidos a menos. Los partidos políticos no se han recuperado desde el colapso del sistema partidario a finales de los 80.